12-5-2016 Triunfo, “hule” y gran fracaso: Morenito de Aranda, Gonzálo Caballero y El Capea.

El Capea se rió literalmente del público de Las Ventas, no quiere, ni puede, hace el antitoreo.

Es una pena que su puesto no esté cubierto por cualquier otro matador que está esperando entrar en Madrid, por recordar a alquien, Curro Diaz, y una lista bastante amplia. Pero, El Capea es hijo de “su padre” y los gestores, parece, que tienen mucho que agradecer al ganadero y torero retirado Pedro Gutierrez Moya “EL Capea”.

(fotografías obtenidas de la web de Las Ventas)

La corrida fue de “El Ventorrillo”, una sarta de mansedumbre, con complicaciones, descastados, excepto el quinto, que fue el único que cumplió en el caballo e hizo un buen tercio de muleta, ovacionado en el arrastre, no sabemos que hubiera sido en otras manos, pero Morenito de Aranda colaboró a su buen comportamiento.

Seguimos con El Capea, con la desastrosa tarde, que no lo intentó ni se puso, sólo probaturas, desconfiado y alejado, a un primero que le seguía nada más enseñarle la muleta, no sabemos más de las posibles bondades, porque su torero se apartaba, en su segundo, llevó la cabeza a media altura como sus hermanos, parece que lo quería intentar, quería pero no podía, y el sexto, por cogida de su matador, lo masacró en varas, su picador Oscar Bernal, se supone, siguiendo instrucciones de su matador y director de lidia, literalmente “ lanceó” al toro persiguiéndole desde el tendido 8 al tendido 1. Es de suponer que recibirá la correspondiente multa, que recurren y no pagan, pero es para retirarles el carnet, al picador y a su matador ( “ hasta que superen un examen de mayor afición y profesionalidad”).

El Capea, a su primero, ni con el capote ni con la muleta, alejado ni una sola vez lo pasa por la cintura y de frente nunca. Pitos y bronca. En su segundo, otro manso, como decíamos, sin plantarle cara, pinchazo, estocada tendida, un montón de descabellos, ejecutados de malas formas. Gan bronca. Y el sexto, por cogida de Caballero, ya aportados todos los despropósitos. Bronca, pidiendo que no vuelva más y se vaya retirando a otros menesteres.


Gonzálo Caballero, en el manso que mató, embestía a arreones, pegando tornillazos, con la cabeza alta al salir del muletazo, pero, el valiente matador, se paró y toreó, sin importarle los problemas que le presentaba, se veía que podía ir a por el torero en cualquier momento, de hecho, al final de un lance el pitón se fue casi a la hombrera, cuando pudo se fue directo al muslo en uno de los cites, se lo echó al lomo y le salvo de hacer por él en el suelo. Tuvo la valentía de, con un torniquete, y la sangre hasta la manoletina, seguir delante del bicho, y entrar a matar, claramente disminuido físicamente por no poder impulsarse con la pierna herida. Es ovacionado, hasta que entra en la enfermería, a pie y desde el centro del ruedo. Es una valentía que se la tiene que “hacer mirar”, a veces no merece la pena arriesgar tanto, con un toro que tienes muchas “papeletas” de llevarte por delante.

Morenito de Aranda, el buen torero, que ya lo demostró el año pasado en esta plaza, volvió a quedarse en el sitio del toro, adelantar los engaños rematar atrás y pasarse el toro por la cintura. Fue el quinto toro, el mejor de la tarde, el comportamiento en la muleta era de quererla coger, con la cabeza baja, quizá más por la forma de llevarle su matador, con la muleta muy baja, arrastrando la mitad de la pañosa. Lo recibe por verónicas y una media ajustada, en el centro del ruedo. Fue el toro que mejor se comportó en varas. Series largas con la derecha y pases de pecho profundos, ya ovacionado en estos lances, toma la izquierda, con la mano muy baja y recta la figura, rematando y adornándose con elegantes pases de desprecio. Media en todo lo alto. Oreja.

En su primero, se va a la puerta de chiqueros a recibirlo, en el caballo y banderillas hace muestra de su mansedumbre. Con brindis al público, demuestra su afán de agradar, muy valiente lo intenta, pero un saltito y  el derrote al final del muletazo, no tiene toro para un mínimo lucimiento. Pincha y con media estocada, recibe palmas, tras un aviso.

Triunfo, sangre y gran fracaso, en una tarde con lluvia y tres cuarto de plaza.

En plena semana de San Isidro, esperando el fin de semana, con atractivos carteles.

Chema Cubero