Este toro de hechuras tan finas que le hacía parecer terciado y que, en tiempos del inconmensurable Rafael Guerra "Guerrita", algunos críticos les denominaron como "los bombones de Saltillo", quizás para molestar al que fue excepcional banderillero durante ocho años del Sr. Fernando " el Gallo", que contaba por grandes triunfos todas las corridas estoqueadas del Sr. Marqués.

El tipo clásico del toro de Saltillo ha sido muy fino de hechuras morfológicas y piel, de pelo negro, entrepelado y cárdeno, con predominio de este último, de cara con ojos vivos y agresivos, hocico afilado (hocico de rata), degollado de papada, lomo recto, "tocado de pitones", esto es un término medio entre cornivuelto y cornipaso, patas finas, pezuñas pequeñas, toro muy encastado de gran temperamento y bravura. Estas reses se han transmitido a todas las ganaderías que se han fundado con sangre de ésta, parcial o total como San Mateo en Méjico, de donde proceden la mayoría de las vacadas con mejor cartel en aquel país; en el nuestro, la del Marqués de Albaserrada, hoy Victorino Martín y Santa Coloma (no a la parte de Ibarra del principio de la ganadería sino a la que llegó hacer después a unir lo de Saltillo, de donde ha salido un toro distinto que se podría definir: Ibarra más Saltillo igual a Santa Coloma).

J.M. Cubero