8-6-2017 Juan del Álamo brilló ante un inepto Presidente.

Impresentable, mal aficionado, despectivo y despreciativo con veintitresmil aficionados.

La plaza por unanimidad obligó a dar dos vueltas al ruedo al torero salmantino y se pedía la tercera. No se entiende qué criterio tiene un señor que se sube al palco para representar a la primera plaza del mundo. Niega la segunda oreja en el primer toro a Juan del Álamo y como compensación le da una en el segundo de su lote, sin ser de oreja.

Toda la plaza le grito: “fuera del palco”. Y debería hacer caso y marcharse, o que sus jefes le destituyan, le quiten.

Por cierto, lo del palco este año es de traca. Las orejas se dan por criterios muy distintos, antes no todas valían lo mismo, pero es que ahora tienen una distancia tan considerable, que son orejas de primera, de segunda y de tercera... Orejas de mucho peso y orejas de auténticas rebajas.

Se repite el buen comportamiento de los toros de Alcurrucén.

En la presentación anterior, sirvió para que Ginés Marín triunfase y esta segunda tarde el encaste Núñez han cumplido en general para la muleta.

La disposición de Juan del Álamo era manifiesta en su primero. Manseó en los primeros tercios, no quiso capotes ni caballos. Y con la muleta, lo recogió rodilla en tierra, lo dobló. Lo embarcó con la derecha en unos lances largos que el toro siguió con total obediencia y bajando la cabeza lo necesario. Ni protestar, ni acordarse del comportamiento de salida. Entregado a su matador por ambos pitones. Llegó la hora de matar y se tira a ley, quedando el acero enterrado en muy buen sitio.

( fotografías obtenidas de la web de Las Ventas- Plaza1)

La plaza reaccionó de inmediato, se llenó de pañuelos, todo, tendidos, gradas y andanadas. Y el presidente a por “uvas”.

Hasta que no engancharon las mulillas al toro no concede la primera oreja.

Lo dicho, dos vueltas al ruedo y bronca al presidente.

Y llegó el sexto. Esperando todos el buen toreo castellano, para rematar la tarde. El toro manso y con peligro sordo, de que le echaba mano en cualquier momento. Lo brindó al publico, porque iba a por todas. Se veía saliendo por la puerta de la calle de Alcalá. Aguantó la violencia de sus embestidas, ligó dos tandas que levantó al público. Muy centrado, cruzado, siguió dando emoción, con algunos remates de mucha torería, sin importarle los hachazos que insinuaba el morlaco a su paso. Se tiró a matar echándose encima, por derecho y la estocada quedó más bien caída.

Y por todo lo que pasó en el primer toro, va el presidente y no tarda nada en sacar el pañuelo blanco, para darle la puerta grande y compensar su insensibilidad de la segunda oreja no concedida en el primer toro.

¿ Cuál es la barra de medir?

Complicado mantener a un presidente tan contradictorio. Y ausente de lo más importante, la seriedad y la categoría de una plaza, la plaza de toros por excelencia, la primera plaza del orbe taurino. Que poco a poco, por unos y por otros la van deteriorando, a pasos agigantados.

El Cid, puso decisión pero le faltó hablar el mismo idioma que necesitaba el cuarto toro de la tarde, no lo entendió. El que le correspondió en suerte, entró con codicia a la muleta. Como siempre ha demostrado este diestro, especialista con su mano izquierda, lo recogió con buen empaque, logra la ligazón en los primeros lances pero da la sensación de que se aburre y la faena va cayendo. Si hubiese matado bien, el púbico estaba decidido a que se cortara una oreja, pero no hubo calentón para ello. El primero, de El Cortijillo, no fue apto para demostrar que hoy iba a ser el día, pero no fue, como tantas tardes,  que o bien por la espada o porque no está en su mejor momento, suma otra más sin llegar a tocar pelo. Y eso que Madrid está con este torero, porque recuerda las muchas tardes de puerta grande que ha perdido.

Y Joselito Adame, estuvo pero no estaba. Siendo un figurón en su Méjico natal. Aquí, en Madrid, no puede con el peso de la plaza, esa es la sensación. Le cuesta mucho trasmitir el buen toreo a los tendidos. Quedando todo en una apuesta por el triunfo. Y , puede decirse que fue un convidado de “piedra” en la tarde.

Chema Cubero