Tarde de lleno en los tendidos y primer día de calor.
Se anunciaban los toros de Adolfo Martín, encaste Albaserrada, para una plaza de Madrid entregada y esperanzada a  que la pelea en los caballos,  la toma de la muleta galopando, metiendo la cabeza con peligro y buscando los tobillos  se produzca.  Se vio todo lo contrario,  poco lucimiento,   y tuvo que llegar el sexto toro para levantar la tarde.

Cierto es que ese aburrimiento es menor cuándo hay una ganadería encastada que, en cualquier momento, se  le puede sacar un muletazo con clase o que un toro listo dé  su punto de castita y ponga en un compromiso a su lidiador.

El  comportamiento de los astados fue: Primero, salida manseando, movilidad mentirosa, parado. Segundo, salida tonteando a tablas, pronto a los caballos y se le castiga mucho, pierde las manos y la fuerza. Tercero, no quiere capotes, amagos de saltar, parado y sin empuje. Cuarto, bien presentado en su encaste, carita rata, el de menos peso, no quiere el caballo, se acabó pronto. Quinto, bonitas hechuras, barbea las tablas por toda la plaza,  flojo,  soso en la embestida. Aplaudido en el arrastre, entiendo  no merecido, a no ser por su estampa y sosería. Sexto, de mayor peso de la corrida 590 Kg., encastado, noble.

Los toros  que metieron la cabeza, ante la insistencia de su matador, sacando algunos muletazos interesantes y se acabaron muy pronto, fueron el 2º y 4º. El quinto y sexto, bien presentados de mayor peso, sosería que trato de tapar su matador en el uno y muy interesante en el otro gracias a la torería de Miguel Ángel Perera.

Segunda salida por la puerta grande de Miguel A Perera, en diez días.

MIGUEL ANGEL PERERA, cuando la tarde se acababa y con poca nota para el ganadero, sale el sexto, lo recoge de capote, por verónicas no muy limpias y remata fuera de la segunda raya. En su recorrido  puede verse que toma el engaño con el  hocico por la arena y haciendo el avión, doblando la cabeza al son el engaño
¡Hay toro, éste es otra cosa!.

Va al caballo y cumple en la primera puya, bien picado, en la segunda derriba y el director de lidia, Antonio Ferrera, hace un quite retirando  al picador del suelo y después al toro, del caballo derribado, a punta de capote.

Muy bien en banderillas Juan Sierra.

 Brindis al público, con viento. Comienza sobándole y amoldando la embestida. De inmediato, le enjareta una serie por la derecha y el de pecho, superior. Cuatro naturales, de ellos dos larguísimos, y el de pecho, menos limpio, pero sacándolo a la altura de la hombrera y largo. Este torero tiene un sitio y un momento extraordinario, sacando todo lo que tiene el toro, con una embestida complicada que la ha templado mucho. Estocada algo trasera, eficaz, cae rodado de inmediato. Petición mayoritaria de oreja. La primera. Y la segunda, con una inmediatez poco conocida en Madrid, el presidente saca nuevamente el pañuelo. No sabíamos si era la primera o la segunda. Y él, desde el palco hacía la señal con los dedos de que eran dos. Sr. Presidente, D. Javier Cano,  usted que lleva muchos años en la plaza , como delegado, no es para ponerse nervioso y no darle la enjundia que lleva la concesión del segundo trofeo.

Fotografías obtenidas de la web de la plaza de toros de Las Ventas

En su primero,  no quiere capotes, amagos de saltar. Dos buenos pares de Joselito Gutiérrez. Le intenta bajar la mano y se cae. Lo intenta nuevamente, cambia los terrenos, no le sirve, se queda en medio del lance y se revuelve. Le arranca naturales, uno muy bueno, cierra con el de pecho y arranca los aplausos. Lo sigue intentando y le saca todo, lo que no tenía. Estocada fulminante. Ovación y saludos, por la estocada y la disposición.

ANTONIO FERRERA,  estuvo toda la tarde en director de lidia. Se encontró con un primero complicado, con poco poder, no se deja, con la cabeza alta. Con el capote se estira bien y remata fuera de la segunda raya. Toma la segunda vara sin entrega y sale parado. Las banderillas parece que le dan algo de alegría. Tiene una movilidad mentirosa y se queda debajo de matador con la muleta. Los arranca de uno en uno, no toma el segundo, es imposible dárselo, se llevaría al torero. Arrimón para justificarse. Podía haber abreviado. Estocada. Silencio.

Su segundo, bien presentado, lo recibe en el centro del ruedo. No quiere los caballos. Lo prueba el matador, con tres medias verónicas y remata con una revolera. Hace el quite Urdiales, por delantales y la media. Pone banderillas  el matador, como lo hizo en su primero, el tercer par al quiebro y lo para con la mano en la testut, en el centro del ruedo. Pronto en la arrancada, le pone la muleta, pero el toro la quiere más plana y más ajustado, con la derecha. Con la izquierda se cruza más, para sacarle algún lance limpio, pero el toro no la quiere. Pinchazo, estocada baja. Silencio.

DIEGO URDIALES, a su primero se le pica mucho y mal, se le castiga en exceso, además vuelve a empujar en el peto y tardan en sacarle. Esto hace que se rompa el toro. Se queda débil y flojo. Se cae, si se le baja la mano, por la derecha, y con la izquierda se defiende. Disposición total del torero, pero sin corresponderle el toro. Lo vuelve a intentar, pero está parado. Más de media, delantera. Silencio.

Con su segundo, muy bien hecho, bonita estampa, barbea en tablas. Empuja en el caballo, muy fijo después de la primera vara. Con la muleta, por la derecha con la mano muy baja y muy templado. Buen son, por naturales. Lo lleva largo, toca la tela y levanta la cabeza. Otra serie muy completa con la izquierda, naturales de buen gusto. Cita con mucha verdad, pero sigue con la cabeza alta. Le arranca de uno en uno, con calidad. Lo luce más el torero que lo que tiene dentro. Dos pinchazos y descabello. Silencio. Aplaudido en arrastre.

Chema Cubero