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Las Ventas 8-6-2014:Zahonero, de Miura, quizá al toro de la Feria y no tiene premio de vuelta al ruedo. |
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Tras once años de ausencia en el ruedo de Las Ventas, a la ganadería de Miura se le recordaba por aquellos últimos toros lidiados que eran auténticos cabestros, mansos, cabeceando, defendiéndose , parados, etc. o sea, por nada bueno.
Y nos sorprendió una corrida desigual en capas, hechuras y con muchos kilos, que en una “caja” tan grande como es el esqueleto de los toros de esta ganadería, no quedaban mal, el de menos peso fueron 538 kilos y el de mayor báscula 611.
La plaza estaba llena, incluidos, varios autocares de asiáticos, norteamericanos e ingleses que “purularon” entrando con la corrida comenzada y saliendo al segundo o tercer toro.
Sinceramente, me sorprendió gratamente el juego de la corrida, porque esperaba una mansada y hubo tres toros que se dejaron, metieron la cabeza con nobleza y galoparon en todos los tercios. Los de mejor juego: segundo, tercero y cuarto. El primero se defendió con hachazos y derrotes. El quinto devuelto por flojo y sustituido por uno de Fidel San Román soso y sin trasmisión. Y el sexto que nos recordó aquellos últimos años, un mulo, aplaudido de salida por su capa, cárdeno claro.
Vuelvo a romper una lanza, contra el presidente, D. Javier Cano, aquel que sacó el segundo pañuelo blanco como si desenfundara el “revolver” en una película del oeste americano: “ Ahí va el primero, e instantes después el segundo…” , para premiar la faena de Miguel Ángel Perera. Y hoy le faltó decisión y rapidez. Entendí por los gestos, que el Asesor le hacía con la mano: ¡ que piden la vuelta al ruedo! Sí señor presidente, había una petición mayoritaria de la vuelta al ruedo de Zahonero, cárdeno bragado meano, de 611 kilos, que salió en segundo lugar.
Le tocó su lidia a Javier Castaño, lo recibe con verónicas a entradas con gran velocidad del miura, no llegó a sacarlo de la primera raya. Al caballo va solo en la primera entrada, nada más verlo, con alegría. Se le pone una segunda vez de largo, va con decisión. Y una tercera entrada, desde el centro del ruedo. Aplausos generales al toro y al picador, Fernando Sánchez. En banderillas al finalizar los tres pares, la plaza en pie le dedica una gran ovación al par de Fernando Sánchez ( el banderillero, no es el picador) y a los dos pares de Adalid. Así mismo se incluye en el premio, cuándo cerró el toro a una mano, la gran lidia de Marco Galán. Todo ello, hecho al galope del toro.
Inicialmente, el toro está "toreando" a su matador, lo toma desconfiado, no se acopla, no logra templar la fuerte acometida. Le baja la mano y se puede ver cómo toma la muleta con el morro por el suelo. Se va tragando todo lo que le pone delante el matador, tocándole la franela más de lo deseado. El toro pide más mano baja, pero termina los muletazos en alto, producto de esa acometida que pide el carnet. Estocada algo desprendida y tendida. Lo tumba con un descabello. Antes de enganchar el toro a las mulillas hay una petición generalizada de vuelta al ruedo, con gran ovación. En esto, el presidente pone cara de circunstancias, aproximando su cuerpo al sitio del asesor veterinario, no sé para qué ¿Es que Ud. no tiene criterio ?
Fotografías obtenidas de la web de la plaza de toros de Las Ventas.
Javier Castaño, con su segundo, y segundo de salida por devolución del titular, nuevamente su cuadrilla es muy aplaudida, Tito Sandoval, cumple en varas a un toro que no tiene mucho para lucirse, sólo ejecutar la suerte con decencia y apuntando a su sitio. Muy vistosos los dos pares de Adalid y los andares y ejecución de Fernando Sánchez, banderillero. Se pidió desde los tendidos seis y siete que se desmonterara Marco Galán, por su lidia y de cómo templa con el capote, no le toca la tela jamás. Con la muleta no se puede lucir, Castaño, sólo de trámite, dicen poco, que es bastante. Con pinchazo y estocada lo despacha.
Rafaelillo, recibe a su primero con una larga cambiada de rodillas, el toro se va a terrenos de nadie y da señas de mansedumbre. Toma las varas con alegría, es aplaudido su picador, Agustín Collado. A las banderillas va con muy buen tranco. En la muleta es otra cosa, aparecen los cabeceos y se le revuelve antes de llegar a la cadera. Atragantón de Rafaelillo, insistiendo, para sacarle algo más, con la derecha y por la izquierda no la quiere el astado, no tiene un pase. Entra a saltos. Y ante la insistencia del matador se le pide brevedad. Tres pinchazos y una media, con un descabello, dejándoselo puesto, se mata el propio toro y se les despide con silencio.
El cuarto, Velador de nombre, cárdeno listón bragado y meano de capa, lo recibe sin echar el paso adelante y dejándolo en las tablas. El toro marca buen son en el capote. Toma la primera vara en corto y la segunda muy alejado. Le pone dos buenos pares de banderillas José Mora. En la muleta ratifica su nobleza, metiendo muy bien la cara, el matador no logra sacar todo lo que tiene el toro, a pesar de que lo lleva con temple, algo retorcido al hacer ver que le baja la mano todo lo que puede. Es el toreo de la firma Rafaelillo. Estocada contraria. Y muy aplaudida la muerte de bravo, resistiéndose a caer. Es ovacionado en el arrastre. Y a su matador despedido con silencio.
Serafín Marín, el bravo torero catalán, ha tenido un lote al que no se acopló lo suficiente en el primero y no le sirvió su segundo.
El tercero de la tarde, otro buen Miura, tiene un exceso de castigo en varas. Muy bien Curro Robles en los dos pares. En la muleta, el toro se viene arriba y quiere series más larga, exige lucimiento. Y el matador, le planta bien la muleta y le va sacando de uno en uno, perdiéndole dos pasos, sin ligar. Le pone la izquierda y se arranca al primer toque. No llega a confiarse, aunque ve que mete la cabeza muy bien y con el hocico por la arena. No es capaz de ligar una serie, está “bailongo” le pierde más pasos. Pinchazo, descabello, recibe un aviso. El toro es aplaudido en el arrastre y su matador recibe pitos.
El sexto, el que cierra la feria de San Isidro, es aplaudido de salida, por la capa, las hechuras no son tan buenas. Y a partir de ahí, nada de juego, el picador Pedro Geniz deja el palo hilvanado.El comportamiento de éste toro es de “cabestro” refinado. Lo despacha con un bajonado.
En resumen:
Rafaelillo, silencio, tiene un aviso y silencio.
Javier Castaño, pitos y silencio.
Serafín Marín, silencio, le dan un aviso y silencio.
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