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14-5-2013 Sexta corrida Isidril |
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Ganaderia De Puerto de San Lorenzo, procedencia Atanasio Fernández /Lisardo Sánchez.
Para Manuel Jesus" El Cid", Daniel Luque y Alberto López Simón
Tarde lluviosa en la segunda parte de la corrida.
No hay duda de que los toros han tenido sus dificultades, cabezas muy altas hasta para entrar a matar, cabeceando y dando derrotes en el embarque de la muleta. Y los matadores han estado firmes, con profesionalidad y tratando de estar por encima de los toros. Digamos que lo han conseguido. Y han tratado de hacer el toreo que cada uno llevaba en la cabeza para agradar al público, en una plaza de tanta responsabilidad como es Madrid. Si plasmamos un titular para cada uno de los espadas, comenzando por el toricantano, confirmaba la alternativa López Simón ha estado muy valiente, arriesgando, aunque los toros le llegaban descompuestos y en la muleta cabeceando, algunos por la invalidez, que no ha visto el Presidente. El Cid, ha desarrollado sus largos naturales hasta que el toro se lo ha permitido.Y Daniel Luque, el fino torero, ha dado algunas series con exquisito gusto.
Y otro titular, va con el "arbitro" de la corrida. El Sr. Presidente, parece que no es un buen aficionado de la plaza de Madrid. Quizá lo sea de otra ciudad, pero para Las Ventas no sirve. Sería bueno que vaya pensando su relevo. ¡Fuera del palco! era el grito unánime, excepto en parte de la sombra. Usted debe saber que cuando los toros pierden las manos y manifiestan acusada debilidad, se les puede echar hasta en banderillas. Si no ha tenido tiempo de verlo antes.
Ahora, si lo que quiere es que se tumbe en la arena y así lo echa. Eso no vale en Madrid.
Ya nos ha quitado, al menos, dos toros claros de pañuelo verde. El de los Bayones y el segundo de lidia, para El Cid.
Si prorrateamos que su criterio erróneo va a manter un toro por tarde que presida, nos va a hurtar el ver de cinco a seis toros. ¿Y los espadas estrellados? Si yo fuera el matador y usted presidiendo, haría por bajarles la mano para que se cayeran y rodaran como su formación taurira le aconseja. Sólo me queda repetir ¡Fuera del palco!
López Simón, que confirmaba la alternativa, lo recibe con verónicas muy vistosas. El Cid hace su quite de trámite. Brinda el toro a su padre. Con la muleta recien presentada y en el primer pase, tiene una cogida espectacular, sin consecuencias de momento, no pasa por la enfermería. Seguidamente recibe de rodillas en el centro del ruedo y le pega seis pases con la derecha. Sufre una colada y se mantiene con los pies firmes, sin inmutarse. Mata de cinco pinchazos y estocada delantera. Recibe Aplausos y tiene que salir al tercio a saludar.
En su segundo, sexto de lidia ordinaria, el toro tiene una salida propia de un “atanasio” sale suelto y se va para toriles y a terrenos del sol. Sufre un desarme con el capote, quiere irse a chiqueros y le mantiene muy firme en centro del ruedo. Series bajando la mano y el toro protestando, mientras él mantiene las zapatillas muy firmes y dándole el muslo. Mata de seis pinchazos, estocada y tres descabellos. Aviso, palmas y despedida con abundantes palmas, cuándo sólo quedan sus incondicionales.
El Cid, en su primero, segundo de lidia ordinaria, por cederle el toro primero al toricantano. Se protesta de salida. Se cae en la salida del caballo y el Presidente lo mantiene en el ruedo. Faena de “enfermero” no le baja la mano y en los remates de pases de pecho, el toro va al suelo. Estocada y descabello. Silencio. Pitos al toro. Protestas al Presidente.
En su segundo, cuarto de lidia, hubo un quite de Daniel Luque, de trámite. Brinda al público. Comienza por naturales y el toro toma un ritmo muy alto, muy veloz por el pitón izquierdo y el matador prefiere seguir por el derecho, con una buena serie. Pinchazo, estocada. Algunos aplausos. Y comienza el diluvio.
Daniel Luque, con su primero, de salida es otro blando de patas. No pican, sólo señalan. Y la salida del caballo con el capote por arriba, para no derribarlo. Inicia la faena por naturales en el centro del platillo. Series con cierta precipitación, sin toro para el lucimiento. Pinchazo, estocada trasera. Silencio.
En su segundo, hasta la muleta, todos pendientes de la lluvia porque en el ruedo no había espectáculo. Con la muleta, inicia una faena de gusto muy sevillano, con la mano muy baja y girando la cintura, de toreo grande, con un toro que le ayuda muy poco. Estocada algo caída y atravesada. Aplausos con saludo.
Esto ha sido la primera tarde de feria pasada por agua.
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