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Mi percepción sobre el futuro de la Fiesta de los Toros y los necesarios cambios |
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Al finalizar la Feria de San Isidro y la mal llamada Feria del Arte y la Cultura, parece que los poderes "fácticos" de la Fiesta se han expresado con cierta preocupación, qué mejor que hable el Gestor de la Plaza de las Ventas, D. José Antonio Martínez Uranga (anoche 10 de junio, 01,15 a.m., en la Cadena Ser, a D. Manuel Molés): "En la Fiesta de los Toros si no ponen medidas pronto, a ésto le doy una vida corta, quizá mis hijos sea la última generación que viva de esto...".
Por ello, me permito publicar mi trabajo para la convocatoria del Premio Literario Taurino Dr. Zumel, de éste año, que con el título PERSPECTIVAS DEL FUTURO DE LA FIESTA DE LOS TOROS ( hasta el mes de julio no sale el dictamen del concurso, pero quiero que mis amigos aficionados vayan tomando conciencia de esas y otras sugerencias que se han de poner en marcha para revitalizar la Fiesta).
Sin duda, hay que tomar medidas ,como indico, para salvar está bonita tradición y los aficionados tenemos que tomar la "bandera" de las reformas, como si se tratara de un partido político para salvar la "nación", en este caso ésta tradición de unos quinientos años y, en otros juegos, más años con el prototipo del animal toro bravo como base de los festejos de todo tipo.
Chema Cubero
PERSPECTIVAS DE FUTURO DE LA FIESTA DE LOS TOROS
Por colectivos:
AFICIONADOS
LA PLAZA
LA GANADERÍA
LOS CARTELES
EL TORERO
EL ESPECTÁCULO
OTRAS ACCIONES INNOVADORAS
ACCIONES
PUNTOS A INNOVAR
EL FUTURO
OBJETIVO CUMPLIDO
PERSPECTIVAS DE FUTURO DE LA FIESTA DE LOS TOROS
AFICIONADOS
La afición a los toros nace en la mayoría de las personas desde la infancia. En ese momento se crea el verdadero amor a la Fiesta, el cariño al toro, el gusto por los vestidos de torear, por la magia de una plaza en tarde de toros y por idolatrar al torero.
En mi caso, mi padre era buen aficionado a los toros, asistía a los festejos de las fiestas patronales de mi pueblo de nacimiento y a los toros que se daban en las fiestas de toda la comarca. Desde siempre, quiso que le acompañara. Era tanta la emoción que me arrancó esa costumbre, que me sentía “torero” y me apetecía muchísimo tocar, acariciar, el traje de luces de los toreros. Ahí estaba mi ilusión, en la puerta de cuadrillas para ver la entrada de los toreros. Y rápidamente al tendido. Sentía miedo cuando el matador se pasaba el toro por la cintura en los lances de muleta. De ahí me vino la afición de querer dar muletazos a los toros, desde mi juventud.
Todo ello, sucede desde la primera etapa de la vida de los espectadores que, después tendrá arraigo como aficionados, lo habrá conseguido el núcleo familiar y el entorno de las amistades, que fueron pródigos en asistir a las plazas de toros. Y la afición les acompañará desde la juventud en adelante, porque se la han inculcado quienes la conocieron de la misma forma.
Además, vendrá retro-alimentada (la afición) con lecturas taurinas, asistencias a los festejos, visitas a plazas de toros de otras localidades dónde, casi siempre, hay alguien que te cuenta una bonita historia de triunfo o, simplemente, de cómo no pudieron meter un toro que se escapó del cajón e hizo una “limpieza” por las calles. Asistencia a tertulias y visitas a ganaderías, entre las acciones más próximas al alcance del aficionado y que recordará con afecto, siempre.
Afortunadamente, la literatura taurina, ahora, es de acceso rápido y variado a través de internet, de dónde se obtiene documentación abundante, reportajes fotográficos y videos. Pero, para que todo eso exista han tenido que producirlo otros aficionados y esta es la base de la retro-alimentación, que funciona y hace que no se agote esa trasmisión de afición de una generación a otra.
Si hablamos tan sólo de ciclos de quince años, es un tiempo suficiente para recordar lo que ha sucedido en las últimas décadas, cambios en los que la Fiesta ha tenido repuntes de abundancia y bajadas artísticas por falta de toreros mediáticos, así como bajada de público a las plazas. Por ello, y para los próximos quince años, estoy convencido de darle un –SI- a la Fiesta, si los taurinos y organismos públicos ponen en marcha cambios y mejoras que le darían a la Fiesta de los Toros otro periodo largo de gloria, para varias generaciones.
Así mismo, fomentar los concursos literarios de temas taurinos, dónde saldrán novedades bibliográficas, sobre todo plasmándo la vida y las andanzas de los toreros y de la cabaña ganadera. Como ejemplo, doy un libro que me ilusionó y fortaleció mi afición, supongo que le ha sucedido a cualquier persona que lo haya tenido en sus manos: Juan Belmonte, matador de toros. De Manuel Chaves Nogales. Desde luego, un ejemplo maravilloso para todos los buenos aficionados. Por ello, se lo he recomendado a un buen número de nuevos y aficionados curtidos en tardes de toros. Les encantó.
Así, es necesario hacer proselitismo para atraer a las plazas de toros a personas de nuestro entorno, para que disfruten de la Fiesta y que así tenga un efecto multiplicador, a través del tiempo. No se entiende el amor por la fiesta si no se ha bebido de ese “manantial” desde joven.
La asistencia a la plaza de niños y jóvenes tiene que venir acompañada, necesariamente, de una moderación en los precios, mediante localidades para ellos. Como hace años aparecía en los carteles:” Precios especiales para niños y militares…”. Ahora sería: “Precios especiales (niños, jóvenes hasta 21 años, estudiantes y tener en cuenta a jubilados). Y, ahora con seis millones de parados, habría que mencionar a este colectivo, porque se pretende atraer el mayor número posible de espectadores a las plazas de toros.
Desde las corporaciones municipales, organismos que tienen la propiedad de las plazas de toros y las gerencias o comisiones taurinas; deberían programar visitas a las ganaderías y fomentar las capeas, entre jóvenes y nuevos aficionados. Y, en ese día de campo explicarles cómo se comporta el toro bravo en la dehesa, cómo paren las vacas, la protección al recién nacido, cercas de novillos, corridas separadas, etc.
Tengo la seguridad de que si se trabaja para fomentar el amor a la Fiesta desde la juventud, y lo logramos, será el germen para una afición de toda su vida. Hasta, se pueda conseguir que corra por su “sangre” las ganas, de algún día, ser “torero” o ponerse delante de un becerro, con una muleta. Y llegar a ser alumno de una escuela taurina.
Si partimos de trabajar focalizados, inicialmente, hacia la afición joven. Estaremos consiguiendo que la Fiesta esté viva para generaciones venideras.
No podemos quedarnos sólo ahí, con ese arranque de la afición.
El aficionado “maduro” que ya tiene la sangre “envenenada” de torería. Debería recibir un mejor trato, actualmente siente que se le echa de la Fiesta. Por los cambios que percibe, como la merma de calidad en el espectáculo, modificaciones reglamentarias de poca justificación, falta de competencia en el ruedo, falta de emoción, el desastre en la suerte de varas, etc.
Por ello, a quien sigue asistiendo a las plazas y le interesa la Fiesta, no se le debería “agredir”, los organizadores de festejos deberían cuestionarse ciertos planteamientos por llegar a no ser del gusto de los espectadores, que son quienes les van a mantener el negocio.
En estos años de la crisis se les ha subido el precio de las entradas y de los abonos, cuándo hay un desempleo alto en el país. Así como, se confeccionan carteles poco “pensados” que tienen un mínimo interés. Entiendo que no tiene por qué ser la base del cartel una o varias figuras en plazas de segunda y tercera, que incluso no se llenan y tienen un coste mayor, si no, como ejemplo lógico poner a los toreros nativos, naturales de una población, comarca o comunidad que tienen tirón en su demarcación y si no les estaríamos castigando a dejar esta profesión.
Ideas que seguro tienen los empresarios, pero, si no llega al público habrá que hacer algo distinto. Se necesita aplicar los cambios.
Habría que contar más con los aficionados para “confeccionar” los carteles. Al menos, que sientan que se les pide opinión. Se pueden fomentar encuestas por internet, que se sientan partícipes. Y que las buenas aportaciones se tengan en cuenta y si se consideran acertadas y han ayudado a las mejoras que se pretenden, se premien.
Como ejemplo, en Madrid se pediría: Votar las ganaderías que los aficionados desean ver… y en un acto de marketing para la Fiesta, la empresa dice: “Han salido elegidas estas ganaderías para lidiar sus toros en unas fechas determinadas y ahora vamos a pedir qué toreros desean que participen en cada cartel…”. Previa valoración con un comité de aficionados, con Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y con la Gestión de la plaza,… Y hablan con los toreros y ganaderos para cerrar el cartel. Y se sigue publicitando, se anuncian: “Corridas al gusto de Madrid elegida por sus aficionados…”.
Tengo la seguridad de que esta forma de hacer, en algunos carteles o en determinadas fechas, animaría a los aficionados. Verían que se les tiene más en cuenta, se sentirían participes y tendrían la sensación de que en este mundo del toro algo está cambiando, para bien.
Se ha comentado en el punto anterior de contar para estos cambios con los aficionados. Pero, que sean también personas anónimas. No podemos caer en la rutina de que figuren los de siempre, los que se significan en la plaza o los que tienen un estatus político o social. Eso sería contraproducente, para la novedad que se pretende ofrecer y conseguir los cambios.
Hemos tenido en cuenta proyectos de mejora para los aficionados. Y ahora, les buscamos ubicación en:
LA PLAZA
Hay un importante número de plazas de toros de propiedad municipal o autonómica. Pues bien, habría que cuidar (mejorar) bastante los pliegos de adjudicación. Porque, si el precio del arrendamiento es muy alto, estará perjudicando el desarrollo de los futuros montajes por el sobre coste que para los espectáculos les supondrá el encarecimiento de las entradas. Por ello, comenzamos a perjudicar la composición del cartel, la garantía del ganado, el resultado o éxito del espectáculo y, con toda seguridad, la asistencia de espectadores, porque tendrá que repercutir esa subida a las entradas.
La propiedad no debería adjudicar al pliego que oferta mayor cantidad de dinero, al que se tiene previsto, o sea un justiprecio. Porque, lógicamente, irá en detrimento de la contratación de ganaderías y toreros.
Tampoco, la propiedad corporativa tendría que contar con los beneficios que genera la adjudicación, para destinarlos a otros gastos o presupuestos distintos a la propia Fiesta.
Si se adjudica por ese justiprecio, se le debía pedir al empresario el cumplimiento obligatoriamente del pliego de condiciones en número de festejos, en toros y en toreros.
Así mismo, en ese coso de propiedad pública no sería necesario que siempre se sacara a concurso de adjudicación. Si no que la gestión la realice una comisión de aficionados (puros) con amor por la Fiesta. Y confeccionar carteles con atractivo, al gusto de la afición, sin perjuicio de la rentabilidad a obtener, sólo para no perder y equilibrar el presupuesto. Y, como decíamos antes, dar participación y opinión a otros aficionados.
Sobre los inmuebles y la habitabilidad de las plazas, algunas dejan bastante que desear, para cumplir las actuales normas de seguridad, como para realizar una evacuación rápida, etc. Son incómodos los asientos, en piedra y de dimensiones reducidas, las escaleras son estrechas, etc. Ahora, se podían acometer alguna reestructuración, disminuyendo localidades en busca de mayor comodidad.
No se “prostituye” el espectáculo si se lleva a cabo alguna innovación, como una pantalla dónde se lean los nombres de los actuantes, en ese momento; ganadería, nombre, peso y año del nacimiento de la res. O, la comunicación de un parte facultativo, si le impide continuar la lidia, etc. O, meter alguna publicidad.
Y utilizar las posibles plazas cubiertas para dar espectáculos todo el año, pero, que sean, sobre el cartel, interesantes, que sean equilibrados, de competidores, de oportunidad, etc.. Que no pase lo que conocemos con otras plazas cubiertas (como fue p. e. Leganés : aceptables los carteles el primer año y el siguiente no tuvo atractivo para los aficionados). Incluir novilladas sin picadores de verdadera promoción en otoño e invierno.
Para capitales de provincia y otras plazas de ciudades, las adjudicaciones a los particulares tienen que hacerse no sólo por la experiencia en la gestión de otras plazas, sino por la solvencia económica. Como si se les fuera a conceder un préstamo por un banco, hacerles un riguroso estudio de riesgo (económico y patrimonial. Y si es a nombre de una sociedad, con su aval personal). Porque, la insolvencia perjudica a la confección de los carteles y al no pago “religiosamente” de los honorarios a los toreros, ganaderos, equipo médico, empleados, etc.
Si hemos conseguido que los aficionados tengan las puertas abiertas de LA PLAZA para sentarse confortablemente en los tendidos y gradas, la siguiente sería conseguir el toro:
LA GANADERÍA
Ésta es una debilidad para mí, como aficionado, porque considero que es la base de la Fiesta. Y si no cuidamos al GANADERO la Fiesta se irá “desangrando” poco a poco.
Y qué mejor hablar de desangrar, cuándo se están llevando al matadero un porcentaje muy alto de las vacas de todas las ganaderías. Porque, como no se vende la camada completa, sobran vacas. Y si se mantienen son pérdidas seguras para el ganadero, porque pasados los años irán igualmente al matadero.
El futuro de la Fiesta depende en un porcentaje altísimo del futuro de la ganadería, el toro marca el desarrollo de todo el espectáculo, es la base.
Diría, ayudemos al ganadero para que sea viable su supervivencia y salvemos al ganadero de una casta única que no puede continuar por las pérdidas acumuladas. Y si se trata de esa raza pura, con mayor motivo. Este año, desgraciadamente, se han perdido varias ganaderías porque no han podido continuar con las pérdidas (Mariano Cifuentes, Francisco Galache, Antonio Pérez, Montalvo, Sánchez Farés y otras).
El presupuesto del Estado no está, en estos momentos, para apostar por una cabaña del Patrimonio Nacional, pero si para hacer algo más por salvar al ganado bravo, sobre todo el de la línea más pura. Quizá obtener un canon por corrida para aportar a un fondo destinado a sufragar la ganadería de salvación.
Hace unos años, un ganadero muy experto, mayor, me comentó que la Guerra Civil se llevó mucho ganado por delante. Y me dijo: ”Pero, sirvió para limpiar mucha consanguinidad”. Han pasado setenta y cinco años y sabemos que no se ha realizado una correcta selección en algunas ganaderías, en los últimos veinticinco años, porque se vendía todo, a raíz del éxito del “ladrillo”. Este es un trabajo que hay que pedir al propio ganadero. O, dado por la ley de la oferta/demanda no venderá sus productos porque darán peor resultado. O, por indicación del veterinario de la ganadería que haga la limpieza dada la excesiva consanguinidad, porque en algunas ocasiones el mal comportamiento viene por la mezcla familiar, la consanguinidad.
Pues bien, los “veedores” deberían ser muy exquisitos cuando deciden comprar una corrida determinada, porque si lleva tiempo saliendo mala, aunque sea medio regalada, no se debía designar, al menos para las primeras ferias y plazas de primer y segunda categoría, para no perjudicar el espectáculo que se supone es más caro para ese público y le están vendiendo de entrada peores toros. E, insistir, de que ese ganadero sea más profesional en la selección de vacas y machos, o no venderá las corridas (porque los compradores se lo pensarán para no dar “gato por liebre”). Como podéis ver es subir el listón de todos, porque de esta fiesta tienen que salir los fraudulentos o les echará un público aficionado y formado.
E, insistir en subvencionar el encaste que se vaya a perder, subvencionando al nuevo comprador de la ganadería para salvarla, o esa seudo entidad oficial de salvación, “ganado de Patrimonio Nacional”.
Por ello, tendrá que ser muy profesional el veedor o empresario y no tener en cuenta sólo el coste de la corrida (por cara o barata). Si no, si tiene varios años de fracasos no debe apostar por ella en beneficio del espectáculo ( cuantas corridas sabemos los aficionados que no van a servir y sale toda mala o quizá un toro que parece válido y no ha pasado de la suerte de varas).
Una vez más hacer valer la verdadera profesionalidad del taurino que ama la Fiesta, más que su propio “bolsillo”. Ésta es una fiesta de románticos, el mercantilista solo no tiene futuro, porque irá dando malos carteles, en beneficio propio, y los aficionados le discriminaran activamente.
Dicen que en la Fiesta sobran empresarios, para nada sobran, quizá el multi empresario con un número elevado de gestión de plazas y tener el monopolio de toreros/carteles, pero quién sobra es el mal empresario que hace muchísimo daño al espectáculo en general. El que paga tarde y mal a los ganaderos, a los toreros y a la propiedad. No cumple los pliegos, etc. A estos hay que marcarlos en un registro y echarlos (registro de personas físicas, titulares y autorizados, no de jurídicas porque van cambiando las sociedades).
Si hemos repasado ya las acciones sobre el ganadero y el Empresario. Ahora nos toca pensar en:
LOS CARTELES
En la confección de los carteles entra la negociación del Empresario y el Apoderado, representante del matador.
La figura del Apoderado es tan importante, no sólo para la carrera del matador, que lo es, si no para que se promuevan espectáculos por todas las plazas – negociando con los empresarios-. Aquí volvemos a poner de manifiesto la honradez profesional, taurina, económica,…
Y llegamos a quienes tienen que ponerse delante del toro y hacer que los espectadores se conviertan en verdaderos aficionados por la asistencia a la corrida, se sientan orgullosos de haber elegido esa corrida, pasen una buena tarde y repitan. Y, a ser posible, que se conviertan en seguidores de un torero ( ésta fidelidad mueve afición y dinero de plaza en plaza).Todo ello, cuándo las cosas se hacen bien y en beneficio de la Fiesta. Todo aquel que venga a servirse de la fiesta, sin ponerse delante del toro, es una persona que debe cambiar de profesión y los aficionados se lo tienen que proponer, para que se vaya.
Dados por confeccionados los carteles, detrás de cada nombre del matador está toda una vida dedicada a los toros:
EL TORERO
Pasó la época en la que se movían los maletillas de capea en capea y de pueblo en pueblo. Afortunadamente, se han fomentado las escuelas taurinas, que es la cantera de futuros matadores y banderilleros.
Sería ahora un buen momento para pedir que la Escuela Taurina cumpliera la función de verdadera escuela de formación cultural y del oficio de torero. Por ello, opino que el Ministerio de Cultura tendría que pedir al Ministerio de Educación que las nombraran Escuelas de Formación Profesional (como las ya existentes en informática, electrónica, etc.).
No quiero extenderme en recordar unas de las primeras promociones de la Escuela Taurina de Madrid, que como en todo el mundo del toreo Madrid debería seguir dando el ejemplo para que le imitara el resto el mundo taurino, Yiyo, Lucio Sandin, Julián Maestro, José Luis Bote, Fundi, Joselito,… Además de excelentes toreros son, excepto Yiyo q.p.d., grandes personas, conversadores y formadores para las generaciones venideras. Y buenos conferenciantes para las reuniones de aficionados. Por ello, las escuelas tienen que sobrevivir y destinarles la subvención necesaria para mejorar constantemente su función docente.
Y si hablamos del número de banderilleros que han salido de las escuelas, casi todos los que componen actualmente las cuadrillas. Todos muy competitivos y profesionales. Cómo ha cambiado este escalafón, en diez o quince años.
Por los actuantes en la corrida de novillos y toros como espectáculo, se echa de menos la emoción (una parte por el animal y otra por el matador que no da la lidia que necesita), la competencia entre los espadas y que los tercios da la sensación que se cumplen como mero trámite. Aunque, a veces se dice, que el arte no hay que regularlo, entiendo que si va en menos cabo del espectáculo, si se debería obligar a cumplir determinados tercios conforme a una reglamentación (el de varas, el de quites,… Sin duda, dar más valor a un tercio de quites que enriquece la vistosidad de un elemento mágico de la torería como es el capote).
El aficionado tiene que vivir con cierta inquietud y nerviosismo lo que está pasando en el ruedo, para inmediatamente disfrutarlo. Así como, la discusión y el partidismo por uno u otro torero.
Se debería conseguir que los toreros emocionaran a los tendidos, gradas y andanadas. Y que estas fueran un clamor por el disfrute del espectáculo, que las personas lo vivan con pasión, que lo pasen muy bien, salgan de la plaza “dando lances”, les quede en la memoria y vuelvan. Se hagan aficionados de verdad (no voy a decir como en el futbol, pero casi, porque ese es nuestro objetivo y querrá decir que hemos conseguido que el espectáculo de los toros se “venda” muy bien).
Cumplir muy bien los tercios con la participación de los matadores, incluidos quites. El director de lidia desempeñando su función. Los picadores con tres entradas o más (aquí, también con revisión del reglamento) sin tapar la salida. Como hace algunas décadas, o dependiendo de su matador, del director de lidia o el delegado del callejón, con multas: “ Echar la puya y si no cae bien levantar y a por la siguiente entrada”. Esta suerte hay que regenerarla porque es muy bonita, con el correspondiente significado para identificar la bravura del toro.
En banderillas, si hay lucimiento de los hombres de “plata”, así se está predisponiendo al público en situación triunfalista para acoger con entusiasmo la faena de su matador. Por esto, la mentalización del trabajo en equipo de toda la cuadrilla con el matador facilitaría el resultado exitoso, independientemente del tipo de toro que tuviesen delante, porque se harían cosas para agradar. Probar suertes distintas, incluso, lidiarle, que parece ahora estar en desuso y no se practica una lidia decorosa. Ni el público lo reclama, por desconocimiento, por tanto, aquí se añade otra faceta de formación e información al público.
Y la faena de muleta. A ver cómo se consigue, sin duda porque el aficionado lo reclame, que no salgan matadores “clónicos” casi todas las faenas de muy parecidas maneras. Tengan el toro que tengan.
Y llegamos a tener en cuenta, en sí mismo:
EL ESPECTÁCULO
Como decíamos antes, la divulgación de la Fiesta, la información, hará que el público aprecie que “cuarenta” muletazos no es mejor faena que dar a ese toro la lidia que necesita.
Esa información, formación que mencionamos para el público en general puede llegar a conseguirse mediante un vuelco en prensa (periódicos, radios, tv y otros medios) con cronistas docentes. No es bueno para la fiesta el comentarista “vendedor” que todo es bueno y bonito, porque le interesa al medio de comunicación para el que trabaja.
Y la muerte del animal, para no herir la sensibilidad de quienes tienen una debilidad, quizá equivocada, por el toro. Pues, darle una vuelta al descabello y a la puntilla, que no es arte, ni debería “sumar o restar” a la propia faena y estocada, cuando no se acierta a la primera resulta un trámite desagradable para gran parte de los espectadores y aficionados. Por dar una idea, al respecto:” Recurrir cuando se falla, en la primera entrada, a un descabello seudo eléctrico y algo así para la puntilla (similar al fin que tiene la pistola eléctrica del matadero).
Sin olvidar que los espectáculos que hoy funcionan son los que se ven por los medios audiovisuales en abierto. Por eso, la televisión, quizá TVE por ser pública, por gestiones a través del Ministerio de Cultura, tendría que dar corridas en directo. Esto no significaría pagar más a los matadores por derechos de imagen, si no negociación y un mínimo complemento. Esto es para el fomento de la Fiesta. Si logramos que haya más corridas la mayoría torearán más veces.
Y, sin duda, fomentar la quiniela taurina. Esto llevaría a dar referencias en los noticiarios de radio, tv y prensa. Y, es posible que se abriesen huecos en prensa para los toros, minutos en radio y en tv para algunos reportajes sobre resultados de corridas, distintos a los que incluyen ahora cuándo hay noticias negativas, como son los percances.
En la actualidad se está padeciendo una merma alarmante de espectadores a las plazas de toros y una merma muy importante de espectáculos que se han de han dejado de dar en pueblos y ciudades.
Habría que hacer un esfuerzo importante innovando en todas las facetas del espectáculo, además de revisar el reglamento para algunos de los puntos que se han manifestado (espectáculo, lidia, suertes, etc.). Y para conseguir que se vuelvan a celebrar espectáculos en todos los pueblos, sin lugar a dudas hay que abaratar su organización. Por ejemplo: podría hacerse un cambio en el reglamento para las plazas de tercera categoría, fijas y portátiles; en cuanto al número de picadores y el número de banderilleros por corrida. Es posible, que se sientan perjudicados estos profesionales, pero, no es así porque la medida se hace para incrementar exponencialmente el número de festejos en todo el país.
OTRAS ACCIONES INNOVADORAS
Habría que revisar los impuestos con los que se graba este espectáculo, seguridad social, tramitación de permisos, costes médicos, etc. Hay que pensar que estamos en un momento muy malo para la fiesta y entre todos, el primero debería ser el propio Estado, a través del Ministerio de Cultura; hemos de darle la supervivencia necesaria para que llegue a próximas generaciones y se siga manteniendo como bien cultural que es, pero, no nos vale sólo con el nombre, hay que mejorar desde dentro.
Porque, las bonitas plazas que son monumentos nacionales y el interés cultural de la fiesta están muy bien, pero, de la Fiesta tienen que vivir y ser la fuente de ingresos de numerosas personas: Ganaderos, toreros, sastres, cuadras de caballos, empleados de plaza, etc., hasta los restaurantes y bares que hay en las calles próximas a la plaza. Y en los pueblos, si no hay toros, no llega público de otras poblaciones que consumen en los establecimientos de la localidad.
Parece que plantear esto ahora, que el Estado recaude menos en impuestos y seguros sociales, procedentes del negocio, de la Fiesta, es un imposible. Pues no debería ser así, estamos hablando de una tradición casi milenaria que identifica a nuestro país y deberíamos ser el ejemplo para cuantos países tienen toros entre sus tradiciones, porque si aquí lo dejamos como residual, podría repercutir en todo el mundillo taurino y dejar de ser fiesta, para convertirse en un acontecimiento periódico de algo de lo que fue. O sea, como una fiesta donde se disfraran de toreros e hiciran balet con un toro sin movilidad ( que si no se hacen acciones innovadoras la Fiesta terminaría siendo una conmemoración de algo que fue verdad, dirían:” que antaño se jugaban la vida…”.
Así mismo, tener reuniones con esos países, a nivel institucional, para intercambiar las mejores prácticas.
Cuándo menciono al Ministerio de Cultura, echo en falta abrir trabajos dónde puedan entrar aficionados anónimos, o no, o sea personas no conocidas de los medios, que los hay muy buenos, y amantes de la Fiesta. Porque que se hagan fotos los profesionales está muy bien, pero, en los entresijos de la Fiesta no estamos cambiando nada para “revivirla”. Ya sé que está viva y muy viva, pero, está enferma y pierde parte de su salud y tenemos que acometerlo hoy mejor que mañana.
Por recapitular y esquematizar toda la prosa plasmada, hemos mencionado:
-A los menores y jóvenes no aficionados. Y los aficionados que abandonaron.
- Las plazas: Pliegos de contratación.
-Los Gestores: Empresarios y Apoderados (seriedad, afición y solvencia).
-Los Ganaderos: A quienes sin duda hay que ayudar de inmediato para que no se pierdan las camadas. Y fruto de estas reformas comenzar a vender más ganado.
-Toreros: Formación, contratación, imagen (tv).
-Espectáculo: Fomento, publicidad, gastos de organización , precio de localidades y TV en abierto.
- Y todo lo que pueda innovarse en múltiples reuniones, dentro de este año. Llevar un otoño/invierno cargadito de gestiones.
Mencionaba al beneplácito del Ministerio de Hacienda para revisar la cuantía de los impuestos aplicados a la Fiesta.
Ver de una forma innovadora la cuantía de los ingresos que se producen (que vendrán a la baja por la no subida de las localidades) y los gastos evitar que sean tan altos (negociar contratos a la baja, menos impuestos, facilitar los permisos y la organización en si según un nuevo reglamento), para el montaje del espectáculo. Con los gastos iniciales, en la actualidad, es complicado montar un festejo y además obtener beneficios.
Por lo tanto, separar el concepto de negocio en el mundo del toro con el de otros negocios de la empresa privada. Esta es una actividad claramente distinta a cualquier otra de la sociedad: deportiva, empresarial, societaria, etc.
Por innovar, de nuevo, hay plazas con capacidad suficiente y cubiertas que podían dar espectáculos todo el año: novilladas de promoción, novilladas con picadores y, quizá, corridas de toros. Si tenemos en cuenta los posibles cambios en “beneficios fiscales”, los cambios en el reglamento, en los procedimientos de montaje y contar con los cambios en el tratamiento de los medios (tv, radio, prensa). Incluso la quiniela taurina.
Y la modernización de los medios en la propia plaza, con pantalla lectora, o locución del resultado de la corrida o al finalizar la lida de cada toro. Además, en este apartado tenía, ”in mente” algo que ha comenzado a aplicar la plaza de toros de Las Ventas. Pero, mejorado, por un canal de radio, un locutor va comentando la corrida, en castellano y otros idiomas, y el espectador lo recibe a través de su móvil o de su aparato de radio. O sea, por una frecuencia de radio o internet que elige el espectador con su propio aparato.
Hemos de tener en cuenta que partimos de una “depresión” del espectáculo, de asistencia de espectadores y de la propia subsistencia del ganado bravo. Porque, lo que está pasando en la actualidad es novedoso y para mal, que vayan desapareciendo ganaderías y se estén matando un alto porcentaje de vacas de la ganadería.
Y por lo tanto, poner en marcha cuantas medidas sean necesarias para el resurgir de la Fiesta.
Claro que la fiesta tiene futuro, pero, hay que mantener lo que tenemos y ser más activos: Con las plazas de toros en todas las ciudades y en los pueblos. Mantener los encastes más puros. Y las escuelas taurinas sacando futuros matadores y banderilleros.
Hay una parte muy importante de sensibilidad en la Fiesta que debe estar presente: Emoción, ilusión, competencia, arte/belleza, dominar todas las suertes de todos los tiempos y ponerlas en práctica.
Despertar la afición a los desencantados que han abandonado las plazas por aburrimiento.
PUNTOS A INNOVAR Y, ESPECIFICAMENTE, TRABAJAR:
- Que vuelva a figurar en los carteles la reseña de precios especiales para niños, jóvenes, estudiantes y jubilados, incluso, desempleados.
- Promocionar clases prácticas, que sea lo habitual no la excepción, y públicas para niños en el centro de las ciudades y barrios, por matadores de toros.
- Visitas guiadas a ganaderías (subvencionadas) dando información de las tareas del campo.
- Novilladas sin picadores, costes mínimos de: enfermería, impuestos, cuadrillas mínimas,..etc.
- Novilladas picadas: Tres picadores en lugar de seis.
- Banderilleros: Dos entradas obligatorias en las todas las plazas (de segunda y tercera categoría). Salvo decisión del presidente. Y, la tercera si el toro la admite. Pero, obligatorio y que se cumpla.
- Tercio de varas: El matador no pide el cambio. Regular las entradas. No se debe cerrar el toro ni pegar las tres en una, sino una entrada y echarle la puya, si cae mal levantar, sacar el toro y volver a entrar. Llevar la costumbre y reglamento de las corridas concurso a las corridas y novilladas habituales.
- Tercio de quites: Obligatorio, salvo que el toro no lo admita (decide el presidente).
- Presidente (arbitro): “sabio” aficionado – comisario de policía o no, pero, aficionado. Si se equivoca, un órgano dentro de Ministerio de Interior le sanciona y no volvería a presidir, se le suspende por un número de corridas o se le degrada a delegado.
- Plazas de propiedad estatal, comunitaria o municipal. Que no salga a subasta, dentro de lo posible, que la regente una comisión, para revertir los beneficios, íntegros, en la Fiesta y así no son compartidos con terceros.
EL FUTURO
En la actualidad nuestro país está sumido en una profunda crisis, como nunca se ha conocido. Si no nos ponemos en marcha con cambios que favorezcan a la Fiesta, puede que en este espectáculo cuando se quiera reaccionar tendrá unas pérdidas, no sólo económicas sino organizativas, irreparables. Imaginen que por carecer de presupuestos estatales asignados, las ganaderías van perdiéndose (son empresas privadas, pero pedimos la posible ayuda para que no desaparezcan); en las plazas de toros, con espectáculos o sin ellos, no se llevan a cabo las reparaciones necesarias, entran en un proceso de deterioro, las que no dan espectáculos, que cuándo quieran abrirse de nuevo estarían muy perjudicadas. Las escuelas taurinas deberían seguir con el presupuesto actual, incluso, incrementar la asignación si queremos que sean de formación profesional completa.
Se tienen que formar comisiones taurinas mixtas a nivel de cada comunidad autónoma. Y que Madrid sea la primera en fase piloto, si no se lanzan otras de inmediato, formadas por representaciones de: Ganaderos, toreros, aficionados, presidentes, veterinarios, asuntos taurinos de la comunidad autónoma, etc. Y poner de manifiesto las debilidades, necesidades, cambios organizativos, cambios de reglamento, innovaciones, mejoras específicas, etc.
Los resultados se presentarán a la Comunidad Autónoma de Madrid, para tratarlo con el Ministerio de Cultura.
Como hablamos de llevarlo a cabo en Madrid, todo lo que se logre se extrapolará a las otras comunidades.
Como puede observarse, algunos temas habrá que tratarlos en genérico, porque lo importante es movilizar a los colectivos, para arrancar y que afloren las necesidades y peticiones. Y haya materia y asuntos, encima de la mesa, para trabajar.
Todo ello, con vistas a un futuro cierto y que la Fiesta tenga la progresión que se pretende.
Suponemos que los ganaderos han conseguido, superar la crisis, y mantener las camadas, porque en ese arranque se logran dar más espectáculos, además el país está saliendo de la depresión económica. Se logra bajar los impuestos que soporta este sector, los toros tienen más espacios en prensa, radio y tv (sobre todo, en abierto en TVE), los toreros han negociados con estos medios y llegaron a un acuerdo. El reglamento se ha adecuado a las mejoras del espectáculo, en aquellos puntos de actualidad que se mencionen. Las plazas de toros de todas las ciudades y pueblos incrementan los espectáculos y, por consiguiente, hay un incremento en la asistencia de público.
Pero, todo eso, se va consiguiendo a largo plazo. Y no es suficiente con la primera toma de contacto, para resolver necesidades inmediatas. Hay que seguir trabajando y haciendo mejoras, para consolidar que la Fiesta de los toros, vuelva a ser ese espectáculo “mágico” preferido por la mayoría del público.
Debemos conseguir, junto a Francia, que la Unión Europea, nos tenga en cuenta, se haga más taurina, y sea visto como un espectáculo europeo, que actualmente se lleva a cabo en España y Francia. Si lo conseguimos, imaginad que se comienza a “exportar” la Fiesta de los Toros a otros países, circunstancialmente si, sería un éxito sin precedentes. Al ser todos europeos, tendríamos que intercambiar nuestras costumbres. Qué mejor “vender” ésta fiesta, previa formación de lo que es el toro, su cría, cuidados, normativa de la corrida, etc., para vencer el impedimento que les da la sangre y la muerte de un animal en público.
Por todo ello, con que los políticos se involucren en la revalorización de nuestra fiesta estaríamos consiguiendo fortalecerla enormemente, porque se necesitan. Si, si, ésta fiesta no va a tener fin, con emoción, riesgo y competitividad. Pero, necesariamente hay que acometer los cambios, tirar de los apoyos y adaptarla a los tiempos.
La base es el toro, tienen que mantener ayudas europeas para un animal que es único y que podrían ir desapareciendo las castas más puras y la especie del toro de lidia si la fiesta se dejara sólo en “manos” del tiempo y de la historia. Por tanto, a la fiesta hay que apoyarla política y económicamente, a través de las modificaciones reglamentarias y de impuestos.
Insistimos, como estamos en el apartado del Futuro: Si, está claro que se mantiene para las generaciones venideras. Hay que poner ese granito de arena, para que sea una Fiesta viva y que esas comisiones de “resurgimiento” de la Fiesta no desaparezcan, para que se vaya fortaleciendo, según surjan las necesidades.
OBJETIVO CUMPLIDO
Hacemos una proyección en el tiempo y nos ponemos en el año 2020. Y debido a lo que hicieron la personas involucradas hace, tan solo, siete años vemos que:
Muchos de los padres e impulsores de los cambios en el año 2013 han desaparecido, pero ha quedado el fruto de aquel trabajo. Porque los resultados de los cambios, cuando la Fiesta estuvo “tocada”, han sido muy positivos.
En algunas cosas nos remonta a los tiempo gloriosos de 1950/1960, para este espectáculo.
Tenemos una o dos figuras mediáticas que movilizan a las masas hacia las corridas de toros, en las que ellos participan. Ambos son dos hijos de dos matadores del siglo XX.
Aquellos intentos de que la fiesta apareciese en los medios: Hoy tenemos todas las semanas, al menos, una corrida televisada por TVE , por alguna cadena privada y autonómicas , todas en abierto. En los noticiarios no faltan menciones de actualidad a los toros y reportajes de triunfadores. La incipiente quiniela taurina está, casi, a la altura de las apuestas del futbol.
Hemos logrado en las plazas de toros de Madrid y Barcelona se den espectáculos, como en el siglo XX, los festejos de los jueves, sábados y domingos.
Al inicio y final de temporada hay emocionantes concursos de noveles, sin caballos, que se dan íntegramente por tv.
Los toros llegan más vivos a la muleta y con poder, porque se ha conseguido que los picadores cumplan estrictamente el reglamento. Aquellos que no se agarran a la primera tienen que levantar la vara y hacer una nueva entrada. Ha ganado mucho el espectáculo. De la primera vara, siempre, prueba el matador la envestida. Hay tercios de quites y todos los toros hacen tres entradas. Los ganaderos han adaptado la bravura de sus animales para esa exigencia.
Los matadores y el público valoran tanto la lidia de un toro como una faena de muchos muletazos.
Las escuelas taurinas se han masificado. Todos los aspirantes salen con un oficio aprendido y un título profesional. O sea, son toreros y profesionales en otro oficio. Y muchos titulados superiores.
Las plazas de titularidad pública son gestionadas por una comisión de aficionados. Hay varias plazas que los presidentes son aficionados y no policías.
Las peñas y asociaciones de aficionados participan en círculos anuales de “clima social” en la Fiesta de los toros.
Hay varios matadores de toros retirados que han publicado maravillosos libros de su vida y conocimientos del toro.
Si “levantaran” la cabeza quienes se fueron y vieran que la Fiesta, en plena temporada, ha superado a otros espectáculos en el número de espectadores, como: Futbol, baloncesto, formula 1, etc. No daría crédito.
Hemos conseguido que en las tv. hablen de los toros a las horas de mayor audiencia.
Las ganaderías de toros bravos son supervisadas y premiadas por la Unión Europea.
Han vuelto las corridas concurso de ganaderías, con premios muy importantes, prestigio y dinero, para el ganadero que consigue el toro más bravo. El objetivo mayor es el indulto, en ese caso para el ganadero es el mayor honor, y pasa como actualidad por todos los medios de comunicación.
Hay espectáculos en todas las poblaciones, siendo las escuelas taurinas de cada comunidad autónoma, y otras privadas o subvencionadas, las que dan cobertura con sus alumnos, al menos, una tarde.
El reglamento ha tenido cambios importantes y es una de las causas de que haya hoy espectáculos en todos los pueblos, porque su coste de organización es menor.
En este año 2020 tenemos ferias de invierno y se han cubierto nuevas plazas.
Es un orgullo ser aficionado, ganadero o torero porque es un espectáculo admirado y de plena actualidad.
Nos da cierta pena que nuestros abuelos no hayan podido disfrutar de éste gran momento de nuestra Fiesta Nacional, digo, nuestra Fiesta de los Toros. Pero, ellos fueron los impulsores de que nosotros disfrutemos ahora y no llegara a desaparecer en aquellos años difíciles de la crisis económica.
Chema Cubero
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