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Los aficionados y la fiesta de los toros |
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Artículo del día 10/08: Los aficionados y la fiesta de los toros.
Desde hace más de 150 años, afortunadamente, la afición (quienes disfrutan de la belleza del espectáculo) y la fiesta (todos los profesionales que hacen posible que se sigan dando estos espectáculos) no han estado unidos.
En nuestros días ésta dicotomía se sigue manteniendo, pero los aficionados se sienten superados por los poderosos del negocio taurino. Podría haber empleado un término distinto a negocio, pero en este momento la línea empresarial y recaudadora supera, por lo general a todo lo demás (a la vena romántica y, por qué no, al valor seco que debiera poner cada tarde el torero - asumir el riesgo, exponer -, y a la afición propia del profesional por encima de todo - como se escuchaba decir a los profesionales de antes: "... esto para mí es todo y lo demuestro todas las tardes porque más cornadas da el hambre..." - )
Hoy los aficionados ( entendidos que viven la fiesta ) representan alrededor del veinte por ciento de los asistentes a las plazas de toros. Estos aficionados, que están en ella admirando su belleza, y los profesionales, que viven de ella, tendrían que acercarse con mayor verdad a todos los públicos para bajar el ochenta e incrementar el veinte, y conseguir que se valore más lo bueno del espectáculo y se ignore a todo lo superfluo: a los vividores, a quienes lo consiguen por fuera del guión. Hay que sembrar para el futuro , "cuando solo se piensa en recoger el fruto de la cosecha la tierra en pocos años se agota."
Es una pena que un medio de masas como son las cadenas de televisión no hagan las retransmisiones con la pureza y la formación (documentación) al espectador que la fiesta necesita. Hay comentaristas, no periodistas ( no es necesario serlo para hablar bien de toros), a los que todo les parece bien, aunque estas mismas personas, inicialmente, comenzaron con un horizonte claro de servir a la fiesta y no de servirse de ella. Pero debe de ser muy difícil mantener una línea de objetividad a través de los tiempos...
¿ Cómo podríamos ayudar a los nuevos aficionados? Pues desde mi modesta opinión os diría: la fiesta es más bella cuanto más se conoce de ella. Asistir a la plaza para disfrutar, valorar, analizar... Manifestar la disconformidad cuando la presentación de los toros no sea la correcta ( pitones sin puntas; desmochados; toros sin presencia: poca culata, muy escurridos, inválidos, faltos de fuerza,...).
El tercio de varas es fundamental para comprobar la bravura del toro, por lo que hay que cumplir con esta suerte como indica el reglamento, hay que picar.... Y protestar cuando el picador hace la carioca ( cierra al toro entre el caballo y las tablas).
Y a los matadores: hay que conocer cuando se están aliviando, cuando el toro pasa por donde quiere y no por donde debería llevarlo el torero. Otras veces los toreros sólo se adornan y confunden al público.... esto no es torear. Torear es algo muy distinto.
Actualmente, en líneas generales, los toros fuertes, duros y encastados se los están echando a los toreros que tienen menos contratos. Dista mucho la cabaña brava que están matando las figuras de los que lo son menos.
Tenemos que ser todos críticos para mejorar lo que estamos viendo, a pesar de lo que se cuenta: " que hoy se torea mejor que nunca...". Pero, ¿ quiénes y cuándo torean bien?: cuatro en cuatro tardes a lo largo de la temporada. Esta fiesta no pasaría una certificación de calidad
Los toreros que son considerados fenómenos sociales son bienvenidos para la fiesta por que hacen llenar las plazas de nuevos espectadores. Pero el aficionado tendría que exigirles, no debiera cegarle ni el marketing ni los periodistas aduladores que aburren a las vacas.
¿Cuándo vamos a dejar de escuchar de la voz de un matador: " este toro ha tenido un peligro sordo que no me ha dejado ponerme en el sitio", " era un toro muy mirón".... ? Cada toro tiene o una faena o una lidia y un profesional tendrá la cabeza fría para hacerle a ese toro lo adecuado. Y de los ganaderos que podemos decir: "casi nada, es cosa de vacas y sementales. Estos se saltan solos las tapias de los cercados y se mezclan las sangres para perder casta... es la naturaleza animal" .
Hace poquitos años se cambiaba un billete de dos mil pesetas por una entrada, hoy hay que llevar uno de Cristobal Colón para poder franquear la puerta de entrada. Y la causa no ha sido un mejor espectáculo, se han disparado los contratos y todos quieren llevarselo ( " si puede ser muerto mejor que mejor ").
J.M. Cubero
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