La sangre Albaserrada. Los cárdenos que, vistos en el apartado, pasan la primera prueba visual   por su capa. Nadie pensaba que esta corrida torista que nos llegaba muy pronto, al comienzo de la feria, nos iba a dar una gran decepción. La mayoría de los aficionados iban  con la ilusión de ver la bravura de los escolares,  una pelea en varas y un tercio de muleta con gran emoción y peligro. No, no y no, porque hubo  sosería, pero, sin olvidar su origen, casta muy escondida y que requerían no equivocarse y atacarles.

A veces, con incertidumbre para el matador por su entrada andando, parados, tardos en la envestida. Y recortando en banderillas.

Después de ese peligro  “ imaginario”, aburrimiento. Porque, los matadores venían a jugársela con una ganadería que, con suerte, llegarían con  emoción a los tendidos y, por tanto, a un triunfo muy necesitado, que ven desvanecerse.

Como faltaba emoción en el redondel, los futboleros estaban enganchados a los transistores y se cantaban los goles: el Málaga, el Celta y tan sólo uno del Atlético. Por tanto, los dos últimos toros, los de mayor presencia tuvieron la distracción de un gran número de espectadores.

Algunos toros fueron protestados, por falta de presencia, pero, seguro que lo que se quería era ver  los sobrero, para darle más emoción a la tarde y  poder comprobar si los de Ana Romero daban la bravura que faltaba.

 

Fernando Robleño,  el primero protestado por chico y en la muleta que la toma con la cabeza muy baja en las primeras series, pero, enseguida la levanta con unos pitones casi veletos. Y como no se aprovecharón esas primeras embestidas que podían haber dado otro resultado. El matador toma el estoque. Dos pinchazos, un bajonado y descabello acaban con  cárdeno de menor peso. Palmas y saluda desde el callejón. (incomprensibles- excesivos- aplausos para el toro).

Fotografía obtenida de la web de Plaza de Toros de Las Ventas

En su segundo, toma bien el capote. Y la brillantez es para el tercio varas, para Pedro Iturralde, muy aplaudido. Y en banderillas Ángel Otero, a quién le piden saludar y salir al tercio. Los muletazos  fueron muchos para la sosería de un toro con escasa emoción. Un pinchazo y dos medias para obtener silencio.

Pérez Mota, con una sola actuación en todo el año pasado, en su primero, otro parado, tardo en la arrancada, poco material para el lucimiento. No hay otra alegría por parte del matador, bien situado y con disposición de agradar, pero, sin oponente. Estocada caída. Silencio.

Fotografia obtenida de la web de la Plaza de Toros de Las Ventas

En su segundo, brinda al público, intenta justificarse ante el reservón con cierto picante y sin trasmisión. Dos pinchazos, media estocada y un descabello, dan para silencio.

Miguel Ángel Delgado, que tuvo buenas  manera de novillero y estuvo valiente en las dos corridas en Las Ventas en 2012, se le notó la falta de corridas hoy, sólo participó en una el año pasado. Quizá las ganas de agradar, en dos desplantes en ambos toros, les perdió la cara y estuvo a punto de tener percances. El primero, con la sosería de sus hermanos y protestado por falta de culata – quizá para ver los sobreros-,mejor que torearlo hubiese sido lidiarlo. Estocada. Silencio. En su segundo, el mejor presentado y el único que derribó en el caballo. Al matador se le notó la falta de recursos y de corridas. El toro sacó más peligro y le llevó a  cierto desconcierto. Estocada. Silencio.

Fotografía obtenida de la pagina web de Plaza de Toros de Las Ventas

¿Cuándo recuperaremos la emoción?

Espero que los novillos de mañana nos hagan centrarnos y no pensar en las finales de Liga y de Copa de Europa. En los toros a los toros y después el futbol, para los aficionados al balón pie.

 Chema Cubero