Artículo del día 17/07: Las castas del toro bravo ( IV ) : Casta Vazqueña (II)
Los pelos y los tipos de la vacada vazqueña eran variados, por la cantidad de sangres empleadas en su formación. Toros anchos, de muy bonitas hechuras aunque algo bastos de piel por ser esta gruesa, cortos de patas y muy bien encornados. En cuanto a los pelos, existen sardos, berrendos en negro y colorado, colorados, ojinegros, castaños, cárdenos, negros, melocotón, capirotes y jaboneros. Estas capas se generalizaron cuando el duque de Veragua fue propietario de la ganadería, que llegó a contar con trece pelos diferentes.
Al fallecimiento de D. Vicente José Vazquez en 1830, en su testamentaría enajenó la vacada en cinco partes: una a D. Antonio Mera, quien ya poseía otro lote que adquirió al Sr Vazquez en 1826; D. Fco. Taviel de Andrade; D. José María Benjumea; D. Francisco Ziguri y la parte más numerosa fue adquirida por D. Fernando Freire, en nombre del rey Fernando VII, que trasladó la ganadería de Utrera, donde pastaba, a Aranjuez. Se hizo cargo de la ganadería, por mandato real, D. Manuel Gaviria, en 1831, y efectuó un cruce de seis sementales de su ganadería y cuatro de D. Julian de Fuentes, del mismo origen jijón. El duque de Veragua, enemigo de cruces, se puso de acuerdo con Mínguez, el mayoral, y cuando empezaron a nacer las primeras crías del cruce fueron señaladas todas con otra señal distinta, por lo que al hacerse cargo de la vacada pudo eliminar fácilmente las que no eran puras de la casta Vazqueña, por la diferente señal de oreja.
Falleció Fernando VII en 1833, pasando la ganadería a la Reina Gobernadora, Dª. Maria Cristina de Borbón, que cedió la Real vacada en 1835 a los duques de Osuna y Veragua, quedando esta último como único propietario en 1849.
J.M. Cubero
Bibliografía: " Tauromaquia" de J. de la Cal