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22-5-2016 Un Ureña heróico. |
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22-5-2016 Un Ureña heróico.
No va o viene de una guerra, si es un torero honrado, entregado, valiente, es decente, buen tipo, persona sencilla,... Su toreo transmite la emoción que necesita esta confrontación del artista y el animal, que acomete y se defiende, un juego entre la vida y la muerte, el triunfo, la gloria o la sangre. Y hace arte y dominio de la bravura a través de los engaños, con su profesionalidad y su heróica lucha, esto es, ni más ni menos, la presencia de Paco Ureña en el ruedo, la verdad de su toreo.
Este torero se enfrenta con verdad y garantía. Para transmitir emoción, no utiliza el toreo rectilíneo o descargando la suerte, que es lo que más se lleva, o sea la moda que da el aburrimiento. Torea con naturalidad, sin aspavientos, bajando la mano, cogiendo la muleta por el centro del estaquillador. O sea, la pureza que requiere este juego maravilloso. Si además, se entrega y aprovecha los quites que reglamentariamente le corresponden, está poniendo los ingredientes necesarios para cumplimentar lo que le falta al toro y, por lo tanto, da una seguridad de triunfo, motivo para no parpadear y hace que el espectador esté enganchado en todo lo que desarrolla Ureña en el ruedo.
(Fotografías obtenidas de la web de Las Ventas)
Venía herído de Francia, con una cornada interna, pendiente de intervenir, y sin mostrar debilidad alguna, recibe un palizón en su primero, al entrar a matar. Y en su segundo de un derrote se lo echa a los lomos, gracias a la rápida intervención de Victor Hugo Saugar “Pirri”, que le deja el capote en la cara tapando a su matador y a cuerpo limpio le quita de su presa.
Paco Ureña, en su primero, se luce por verónicas, con la muleta y las zapatillas pegadas a la arena, da dos series con la izquierda, ajustadas, templadas y erguido. Con la derecha no dice menos, muy ligada la serie y rematando con un buen pase de pecho. Con las embestidas cortas del toro y su afán de agradar, se ajusta con la derecha y se mete al público en el bolsillo. Y si faltase entrega, se tira a matar, con una ejecución perfecta, se echa encima y sale trompicado. Tres descabellos le privan de tocar pelo. Ovación con saludos, se le pide que inicie la vuelta al ruedo, pero, desiste por estar perjudicado físicamente. En el quinto de la tarde, recibe una fuerte ovación cuando está en la bocana del burladero, y se echa para adelante, se va a la puerta de chiqueros, no puede dar la larga cambiada, se levanta, supongo por llevar la pierna perjudicada. Por verónicas el toro se va a terrenos de nadie, no son fáciles las embestidas del manso, dando cabezazos, tirando tarascadas a su paso. Logra con la derecha que meta la cabeza bien en una serie completa. Vuelve a insistir, muy firme, pegado a los terrenos del astado, y le echa mano, después de la cogida sigue consintiéndole, increíble. Se tira, pincha y da una estocada arriba. Recibe una oreja, con petición unánime. Y pasa por su pie a la enfermería, donde le encuentran un puntazo en el muslo, otro en el escroto y magulladuras, diagnóstico sin complicaciones.
El Cid, que se le recuerda en Madrid por sus gandes actuaciones, por su mano izquierda con la muleta muy baja y ligando series largas, también por sus gafadas estocadas, que le han quitado muchas salidas a hombros por la Puerta Grande. Pero, eso fueron otros tiempos, ahora su carrera está en bajada, no remonta, está desconfiado, despegado y no logra levantar cabeza, ni con el aceptable cuarto de la tarde, de Buenavista. En su primero, tras capotazos de trasteo, sin quietud, el toro sale suelto. Los tercios en banderillas, en ambos toros por su cuadrilla fue un reguero de banderillas en el ruedo, mal “Alcaraleño”. Toro manso, distraído, pero su matador hace poco por entenderlo. Bajonazo y silencio, quitan al primero de la tarde. En su segundo, después de hacer una buena pelea en varas, su banderillero Curro Robles pone un buen segundo par. Brinda al público. Quiere pero no puede. Faena de “menos a menos” a un toro que le mete bien la cabeza.. Al final quiere ajustarse, cruzado, pero el toro tiene ya otro tono. Ha sido muy tarde para ver las buenas condiciones del toro. Estocada, claramente rinconera, o sea, se tiró a los bajos.
Jiménez Fortes, se le devuelve su primero de Las Ramblas y sale el primer sobrero de Julio de la Puerta, noble que mete bien la cabeza. Nos acompaña el fuerte viento como en los dos primeros toros. Con la derecha, le protesta, le porfía y es aplaudido. El toro que vale, pero no existe conexión, el torero está desconfiado, porque tiene acometida para hacerle algo más. Estocada delantera y caída, le proporciona silencio. En su segundo, los picadores, los dos, por estar herido el primer caballo, están mal y sus banderilleros también, mal, desastre de lidia y brega. El manso y descastado entra con la cabeza alta y sale de la muleta mirando al tendido. Su matador se libra de un derrote. Poco tiene y poco ha demostrado su valiente matador. Con media estocada cierra la tarde y recibe silencio.
La plaza ha tenido un casi lleno, en tarde ventosa.
Cinco toros de Las Ramblas y uno de Buenavista (4º). Primer sobrero de Julio de la Puerta, en tercer lugar. Han salido mansos y descastados, pero nobles. El de Julio de La Puerta, noble, bueno para la muleta y el de Buenavista, cumplidor en el tercio de varas, da un buen juego.
Así se ha cerrado la corrida número diecisiete del ciclo isidril.
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