Como aficionados a los toros y asiduos en la plaza Monumental de Las Ventas de Madrid solemos conocernos de vista una gran mayoría de espectadores. Una de las personas que no puede pasar desapercibido, es D. Baltasar Garzón Magistrado de la Audiencia Nacional. Conocía que era un buen aficionado y lo expresa en el siguiente artículo de prensa encontrado en el periódico el Sur, de fecha 5 de agosto de 2.000, en Al día / Toros, escrito por Francisco Gutierrez. Málaga.
Garzón apuesta por el toreo "serio y de arte" en su pregón de la feria
El magistrado habló de la necesaria comunión toro -torero para el éxito de la lidia.
El magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón se mostró ayer partidario del torero "serio y de arte", aunque reconoció que esta opción le depara más tardes de aburrimiento que de gloria. Garzón tomó ayer la alternativa en lo que consideró apasionante mundo del pregón taurino, y se echó al albero para demostrar que, en los toros como en la vida, hay que luchar con valentía.
Como en muchos otros aspectos de la vida, Garzón no quiso eludir el riesgo de hacer frente al encargo de realizar el pregón taurino de la feria de Malaga. Acompañado por el concejal de Cultura, Antonio Garrido, el presidente del Colegio de Aparejadores, Melchor Cintas, y el vocal de cultura del Colegio, José Maria Gómez Aracil, Garzón abordo con mucho cariño este su primer pregón taurino, que comenzó con un recuerdo a los últimos atentados terroristas ocurridos en Malaga y otras ciudades:" El futuro es nuestro y nadie nos puede privar de la fiesta y la alegría", dijo. Saludó afectuosamente a Málaga y su pueblos, y recordó que fue en esta ciudad donde por primera vez vio el mar.
El magistrado afrontó su pregón como si se tratara de la alternativa de un torero, haciendo un repaso de las distintas suertes y recordando la vida del toro y del torero. Las vivencias de Baltasar Garzón han estado muy cercanas al mundo del toro, al que se acercó con tan solo 7 años. Posteriormente, en Linares, acudía a la plaza de toros, donde se ponía cine, y "procuraba sentarme cerca de donde cayó mortalmente herido Manolete".
Garzón pidió "rigor y seriedad" en la lidia, y se mostró partidario del toreo "serio y de arte", a pesar de ser consciente que esta opción le depara "más tardes de aburrimiento que de gloria, pero cuando éste llega, se disfruta más". Cada toro, dijo, tiene su faena, y se rebeló contra los que tratan de alargar innecesariamente o liquidarla con rapidez. "Hasta en los desplantes hay que tener arte", afirmó.
Rememoró la vida en libertad, del toro, una vida que es una preparación para su lucha en el albero. Como la del toro y torero, la vida "es un continuo reto a lo desconocido", dijo el magistrado, quien rechazó que las corridas de toros sean sangrientas. "Es una lucha justa, o al menos así debería ser" ,dijo Garzón en referencia a las críticas que rodean la fiesta taurina. Por esto exigió seriedad y rigor y respeto hacia el toro, cuya vida está marcada por ese objetivo que es la lidia y la lucha contra el torero. En ese elogio al toro, Baltasar Garzón afirmó que los aplausos del público "le hacen más llevadero el dolor de la muerte". La comunión toro - torero debe ser perfecta para que el éxito de la faena esté asegurado. Con los versos de Vicente Aleixandre dedicados a Málaga en "Ciudad del Paraíso" terminó el magistrado su intervención, que fue respondida por la banda de música Miraflores-Gibraljaire con la interpretación del pasodoble "Baltasar Garzón", compuesto en su honor.
J.M. Cubero