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Hay que saber(IV): Suerte de varas |
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Artículo del día 12/06: Hay que saber(IV)...: Suerte de varas.
La suerte de varas, primer tercio de la lidia, a parte de servir como prueba evidente de casta y bravura del toro, tiene como objeto principal el ir reduciendo la fortaleza y poderío del toro, para que este llegue con las fuerzas precisas al tercio de muleta. En este se establece normalmente el equilibrio de la lucha entre el hombre y la fiera, de cuyo resultado, como únicos protagonistas, depende siempre el éxito o fracaso, tanto de la fiesta como del artista.
El ruedo está señalado con dos circunferencias concéntricas. La circunferencia más cercana a la barrera deberá estar situada a siete metros de distancia de esta, entre la primera y la segunda habrá dos metros de separación.Estas líneas se señalan exclusivamente para que durante este tercio se cumpla con las normas establecidas en el reglamento. Si el caballo de un picador, el propio piquero cayera herido en el ruedo o el caballo estuviera imposibilitado para levantarse, ocuparía su lugar el picador de puerta, y simultáneamente saldría a la plaza el picador reserva, que a tal efecto se debe encontrar situado en la puerta que da acceso al patio de caballos. Este pasa a ocupar el lugar donde anteriormente se situaba el picador de puerta.
Actualmente hay dos formas de realizar la suerte de picar: de frente y de costado. En ambas el picador da salida al toro por la derecha.
En el desarrollo de la suerte de varas lo más artístico es coger el palo corto y hacerlo deslizarse por la mano (" tirar el palo"), intentando detener al toro y adelantando la vara antes de que choque con el peto.
Habrá que señalar el puyazo y cargar el castigo. La puya hará sangrar al toro a la altura del morrillo para comprobar su reacción ante el castigo ( si es manso huye).
El toro debería envestir al caballo tres veces. Esto daría opción a realizar tres quites por los tres matadores, siendo ello uno de los tercios más bonitos y espectaculares de la lidia. Pero, el actual reglamento taurino, la debilidad de los toros y la poca afición de algunos profesionales, nos han hecho el flaco favor de hurtarnos el tercio de quites.
Cuando el picador cita, los toreros y auxiliares se sitúan a la izquierda del caballo. Si un picador insiste reiteradamente en recargar su cuerpo sobre el toro (apoyándose en la vara y haciendo ostensibles giros con la puya, a derecha e izquierda) daría motivos para que los aficionados manifestasen su enérgica protesta y, este picador fuera propuesto para sanción por infringir gravemente el reglamento ( y, por tanto, el desarrollo de la lidia). El picador es el único integrante de la fiesta que sin ser matador lleva oro en su chaquetilla y debería ejercer como tal honor.
Actualmente y desgraciadamente, hay muy pocos profesionales de este tercio que realizan su oficio con pureza. Es muy común, cada tarde, ver al picador girar alrededor del toro, teniendo la puya clavada, para impedir la salida del toro y alargar el castigo en exceso, con el beneplácito del matador. En términos taurinos se conoce este hecho como "la carioca". Esta suerte de picar empezó a practicarla como recurso para los toros mansos, siendo hoy costumbre viciosa de todos los picadores, el gran picador D. Miguel Atienza y Caro.
Como anteriormente decíamos, en esta suerte es donde con mayores posibilidades de acierto pueden observarse las condiciones de bravura y casta del toro. Cuando un toro cornea reiteradamente al caballo, se mueve insistentemente para quitarse la puya, o hace sonar constantemente el estribo, levanta y baja la cabeza contra el peto "romanea" ( como el comportamiento de una romana de pesar) es señal evidente de que puede resultar un toro manso. Si a la salida del caballo sale huyendo del castigo recibido es también síntoma de mansedumbre. Si sale del caballo y en el centro del ruedo se pone a escarbar en la arena es otro síntoma de posible falta de casta. Por el contrario, el toro que se arranca desde los medios (o después de haberlo colocado alejado del caballo) recibe la vara alegremente y al embestir queda quieto con la cabeza en el peto, empuja con insistencia, recreándose en la suerte y encelándose en su acometida, sin importarle el castigo que está recibiendo, y después sale serenamente embistiendo al torero con la cabeza baja, es señal inequívoca de su bravura y casta.
El comportamiento del toro en este tercio es básico y fundamental para conceder, si es merecedor, la vuelta al ruedo del toro o su indulto.
Una vez que el toro sale del castigo, los toreros comprueban las condiciones en que ha quedado la res tras cada uno de los puyazos para el desarrollo de los dos siguientes tercios.
Para un mayor conocimiento de la suerte en este tercio de la lidia recomendamos la lectura del Reglamento de Espectáculos Taurinos, ley 10/ 1991, de 4 de abril y Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero. Articulos 73,74,75, 76 y 77.
Chema Cubero
(Bibliografía: " La fiesta taurina" de Tomás Mingües, Reglamento de Espectáculos Taurinos, y "Los Toros" José Mª de Cossio.)
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