Toros de la ganadería de  Celestino Cuadri, encaste Vistahermosa, procedencias notables de principios del sigloXX: Gamero Cívico, Conde de la Corte, Pérez de la Concha.

Para:  Fernándo Robleño, Javier Castaño y Luis Bolivar.

Temperatura muy agradable, en el entorno de los 25/26ºC.

Plaza llena.

 

Era la última corrida del ciclo isidril. Había curiosidad por ver los “cuadris”,  porque son toros con mucha caja que van bien a los caballos y que trasmiten. Gustan en Madrid. Además, estamos hartos del “monoencaste”.

No puedo comenzar mi comentario sin expresar la voz de los tendidos y de toda la plaza en pie:

¡Qué grande eres Javier…! ¡Qué grande eres Javier Castaño!

Cuando la Fiesta de los Toros está sumida en una depresión, como el país, todos le estamos dando vueltas a cómo resurgir. Y vas tú, con tu humildad, liderazgo (si, eres un líder), trabajo en equipo, trato de iguales a tus compañeros de cuadrilla; y nos muestras que el espectáculo no puede ir por los derroteros que estaba tomando.

Que los banderilleros y picadores son  TOREROS  y, como tal, tienen que estar a la altura de su matador y  pueden hacerlo. En este caso, Javier Castaño  lo  permite y les anima. Y hemos visto que la Fiesta ha recuperado; nada menos que en los dos toros, que ya es decir, la grandeza magistral de todos los tercios.

Y esa debería ser  la senda a seguir por todos los matadores.

Es un error pensar que los banderilleros quitan los aplausos al matador. Al contrario, predisponen a la plaza para esperar la faena de muleta del matador con mayor entusiasmo. Porque, es la fuerza que trae un equipo de torear, las personas que pertenecen a ese especial equipo artístico,  son: Marco Galán, haciendo una lidia impecable . David Adaliz y Fernando Sánchez, con las banderillas, todos ellos en los dos toros. Y, el hombre de la cuadrilla que lleva el chaleco de oro, el picador Tito Sandoval.

Como decía, era una delicia ver como llevaba el toro en la brega Marco Galán, no le ha dado un capotazo para molestarle, le ha acompañado la embestida, enseñándole el capote a un metro de los pitones. Y para colocar el toro en suerte de las banderillas y  no darle capotazos, se hace ver, se va retirando, el toro fijo en él,  pasa por detrás del banderillero y ya lo tiene colocado.

David Adaliz, muy delgado y alto, se deja ver, para darle las ventajas que quiera tomar el toro , va muy tranquilo, hablándole al toro, le saca los palos de abajo, en el segundo tiempo los levanta paralelos al suelo, el toro los mira, los baja, asomado al “balcón”, clava en todo lo alto reunidos, se apoya en los palos los para salir y marcha andando tras dos o tres pasos rápidos para dejar al toro, que se queda atónito. Porque  le ha vencido, le ha dado las ventajas y no las ha aprovechado el astifino. Impecable.

A todo esto, a David se le cae un palo en la segunda entrada y se va a por otras dos banderillas, con el permiso de su matador, le pide permiso al presidente y vuelve a entrar con todo su arrojo, arte y sinceridad. Ha sido un detalle de honradez y competitividad. Y arte mucho arte.

A todo esto, el propio matador ha ido a recoger el palo que se le cayó a David, por si le podía interrumpir de la salida del cuarto par. Otro detalle de compañerismo y no de “jefe a empleado”. Por favor, que todos  los matadores analicen el video de esta corrida, porque es lo que necesita la Fiesta, fuera funcionarios cumplidores de dar capotazos y poner dos palos o matar al toro en el caballo. Esta es la verdadera revolución del toreo, puede ser el inicio de un cambio, debería ser. Y  vean que barato sale, cada uno, a lo que están, a dar arte, porque se visten de luces para hacer toda la lidia muy bella y emocionante.

Fernando Sánchez, es menos alto, con grandes patillas, parece un “poeta” de los palos. Inmenso. Qué arte tiene este banderillero. Y a los que ponen un solo par les llaman terceros, como si no fuera con ellos. Por favor, a partir de ahora o se trabaja así, con este amor propio y arte o que se vayan retirando, tanto los banderilleros como los matadores que se creen superiores a su gente. Perdón, retomo de nuevo el lance de Fernando. Toma los dos palos con las manos bajas y se dispone a dar pasos muy armónicos y muy toreros hacia el toro. Va andando hasta que faltan, quizá, cuatro metros, levanta los palos, da  tres pasos más rápidos y los pone en todo lo alto, su cuerpo entre los dos pitones y sale andando o al paso que le exige el toro. Vuelvo a mencionar INMENSO y no exagero.

Y el picador, hay el picador,  Tito Sadoval, es torero a caballo, como monta de bien  y como cita al toro. Le deja el matador el toro lejos y el toro mira a los capotes, pero no al caballo, se pone Tito a dar paseos, más pegado a tablas, un poco más adelante, vuelta más adelante y cita, se viene el toro y le pone la puya en su sitio, casi en la “ pelota”, esa era la segunda vara. Y la primera la puso igual en su sitio, entrada y levantó la vara. Otra vez,  el toro se viene sólo a caballo sin ponerselo en suerte y  el picador  NO PICA, MANTIENE LA VARA RECOGIDA.

Inmediatamente, toda la plaza en pie y con una ovación atronadora, se pide que den la vuelta al ruedo, el matador a punto de tomar la muleta, y les dice Javier Castaño que adelante. Antes de llegar al patio de cuadrillas se incorpora a la vuelta al ruedo el picador. Y el toro esperando en el ruedo.

Esta ha sido la verdad de la tarde.

Los toros con interés, es un encaste distinto al que  nos tienen acostumbrados en esta feria. A los caballos se han acercado con poder, porque tienen mucha caja. Y a la muleta han llegado más parados pero tenían todos materia para sacarles algo, y ya digo, interesado el público porque en la plaza había una clase de toro que trasmitía.

FERNANDO ROBLEÑO: Estocada caída. Silencio. Estocada algo baja, en el rincón. Silencio.
En el primero dice poco con la derecha y con la izquierda se descubre y recibe un achuchón que no le cala.
En su segundo, verónicas de recibo. Se dobla con la muleta hasta los medios. No cita convencido, muy encima, el toro tenía buen tranco, pero no lo deja ver.

JAVIER CASTAÑO: Pinchazo sin soltar. Pinchazo hondo. Dos descabellos Ovación con saludos. Deja media, entra con mucha verdad. Tres descabellos. Ovación con saludos.
Pasa a la enfermería por un derrote en los labios y nariz, vuelve al callejón.
En su primero, dos tandas largas por la derecha, aguantando el cabeceo. Y por la izquierda le echa la muleta muy adelante, está encima. Pero el elevado peso le pasa factura y se para, le sigue arrancando algunos muletazos sueltos.
En su segundo, toda la lidia la hizo su cuadrilla. En la muleta, ha citado de lejos, con la derecha  una serie de muy largos  pases. Por la izquierda, le da y le da hasta sacarle un natural muy largo, rematado y el de pecho. Insiste por la derecha y le da el derrote. Tuvo dificultades para matar porque tenía el pitonazo que le dió el "adolfo" en la mano derecha el pasado jueves.

LUIS BOLIVAR: Una casi entera. Pitos. Estocada. Silencio. En su primero, flojo y protestado, casi no lo pican. Dice poco con la muleta. En su segundo, deja el toro puesto pero no quiere el caballo. Trasteo por las dos manos y a matar. Se les podía haber sacado algo más, quizá tuvo el peor lote.

 

Desde la salida del patio de cuadrillas hasta  los coches de los toreros,  a Javier Castaño y a  su cuadrilla les han vitoreado, abrazado, se hacían fotos con da uno de ellos. Y cuándo arrancó el coche, por  las ventanillas delanteras le decían al matador  ¡Qué grande eres Javier!

Chema Cubero