Artículo del día 18/07: Feria torista de Mont de Marsan. Primera corrida ( la miurada)
Plaza de Mont de Marsan ( Francia), 16 de julio de 2.000. Lleno (casi los 7.000 espectadores de abono). Toros de los heredero de D. Eduardo Miura, complicados, deslucidos, mal presentados de pitones, escobillados después del encuentro con los caballos (5º, primer sobrero de Juan Manuel Criado, se lesiona una mano, el toro tenía buen tranco y podría haber servido)
Stephane Fernández Meca: pinchazo, estocada, descabello ( silencio); pinchazo, estocada (silencio). Juan Carlos Garcia: pinchazo (algunas palmas); estocada (palmas por la brevedad). Angel Gómez Martínez "Gómez Escorial": estocada tendida, estocada a paso de banderillas y tomando el "olivo" ( silencio); estocada desprendida, gran estocada que hace rodar al toro sin puntilla (silencio).
En esta coqueta plaza de nuestro vecino país se cuidan mucho los detalles y bien nos vendría a los españoles fijarnos en algunas de las cosas que esta afición francesa lleva a cabo: el centro del ruedo pintado con la divisa de la ganadería que se va a lidiar, no se permite que se piquen incorrectamente los toros, se pita cuando los banderilleros no cumplen con su cometido dejando los dos palos, hay un silencio expectante durante toda la faena... Es cierto que se echa de menos algo de pasión, pero la ponen, a su manera, al final, cuando el toro rueda. Pero cuando hay que protestar, no lo hace un sector, es toda la plaza. El reglamento se cumple a la perfección, bajo la dirección de una presidencia técnica, cubierta por un aficionado.
Este público valora mucho que el torero dé la cara y cumpla, para que pueda volver en otra ocasión.
¿ Y los toros?: en una feria a la que se le pone la etiqueta de torista hay que contar con todos los toros que sobre el papel tienen más predicamento para el aficionado. Hoy los de los hijos de D. Eduardo Miura han sido un encierro con mucho sentido. Hasta el encuentro con los caballos parecía que podrían servir (al modo del juego que esta ganadería está dando últimamente) pero no fue posible. Se han comportado como unos animales nulos para la muleta: esperando, recortando, muy listos, no aptos para el lucimiento, quizá para hacer una lidia breve a cada una de la reses.
¿Y los pitones? ¿Cómo es posible que salgan tarde tras tarde toros con unos pitones cortos, sin puntas y cuando rematan en los caballos se escobillan alarmantemente? Esto si hay que protestarlo, queridos aficionados de Mont de Marsan, hay que protestarlo con toda la fuerza. Porque aunque se lidien bajo la responsabilidad del ganadero (según el reglamento español) no es de recibo: esta materia prima está adulterada. Todos los que nos relacionamos y queremos la fiesta no tendríamos que comprarla. Así el toro es un animal mutilado.
Los toreros han puesto voluntad y se han encontrado con las dificultades lógicas de una moruchada infame, para no volverla a ver si no fuese por la casta de este hierro y que de vez en cuando sale un excelente toro.
J.M. Cubero