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2-6-2015 No salió el "Cuadri" deseado |
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2-6-2015 No salió el “Cuadri “ deseado.
Toros de Hijos de Celestino Cuadri, hierro de encaste propio desde los años veinte del siglo pasado, procedencia Santa Coloma, Conde de la Corte y Gamero Cívico, que lleva con total dedicación y entrega el hijo del ganadero fallecido, Fernando Cuadri Vides, los lidiados hoy en Madrid no dieron la tarde de toros que la afición esperaba. Nos conformábamos con, al menos, dos que se arrancaran a los caballos con poder y en la muleta trasmitieran la emoción de otras tardes. Pero, nada se cumplió, se arrancaron a los caballos, no empujaron, se dejaron pegar y les castigaron en exceso. En banderillas no dieron facilidades y este tercio fue un poco desastre. Con la muleta, se apagaron pronto, los coletudos lo intentaron de alguna forma y, en algunos, echamos de menos pisar los terrenos del toro con mayor firmeza para sacarles , más, lo que tenían dentro, antes de que echaran el cierre.
No son toros de muchos muletazos, pero, el gusto de los públicos ha cambiado, más en Madrid, lamentablemente, y los toreros ven la necesidad de intentar dar el mayor número de muletazos posibles, a cualquier toro. En esto, se equivocan los espectadores y más los matadores, hay toros que con pocos muletazos, se obtendría una gran faena, o sea dándoles una lidia adecuada, como es para los toros de Cuadri.
Cuándo estos toros manifiestan una falta de fondo importante, para robarles los muletazos hay que estar muy cruzado e insistiendo, sin mostrar pesadez al no conseguir arráncales que sigan la muleta. El doblarse y entrar a matar es lo más adecuado, en la brevedad está la virtud.
Los toros estuvieron bien presentados, con el resultado de mansos, reservones, bajos de casta y aplomados.
En general, en la corrida faltó una lidia de lucimiento.
Luis Miguel Encabo, “Mandadero”, se dejó pegar en los dos encuentros, el varilarguero no desaprovecho la oportunidad y le castigó. Con la muleta, tuvo sucesivos intentos de lucimiento, pero, cuándo se tienen dudas y se está algo despegado, asoma la carencia y no llega a los tendidos, dice poco. Le da una estocada algo trasera y recibe silencio.
(Fotografías obtenidas de la web de Las Ventas)
En su segundo, “Tejedor”, resulto ser el de más juego, manso y encastado, tuvo algunos aplausos de salida. Al recibirlo de capote, por verónicas y media, pudo verse que tenía más movilidad que los tres anteriores. En el primer encuentro se le pica mal, con el segundo, se le da distancia, no quiere ir, llega al peto y saca al picador por los aires, volando con la vara en la mano. En banderillas, se luce Ángel Otero que puso un primer par de escándalo, llegando el pitón al pecho del torero, quizá el par más ajustado de lo que llevamos de Feria. Después, lio, el presidente se precipita y cambia el tercio, se pide que ponga otro par, porque dicen hay tres “pinchos”, pero ya había cuatro, en fin, cosas de la presidencia y los aficionados. Con la muleta, al encastado de turno, lo recibe con doblones por bajo. Lo intenta e insiste, pero se le ven algunas carencias. Citando retorcido desluce, y algo despegado. El toro es aprovechable, con recorrido, no encuentra al torero que necesita, con mayor aguante. Estocada atravesadísima y tres descabellos. Pitos.
Fernando Robleño, el honrado torero madrileño, pone todo lo que tiene y lo demuestra con los toros más complicados. No lo hace menos con los de hoy, pero, no encuentra un lote para lucirse. “Fangoso” en el encuentro con los caballos se le pegó todo lo que pudieron tapándole la salida en el primer encuentro y más castigo en el segundo. El tercio de banderillas no fue fácil y menos para lucimientos, ni para dejarlas puestas. Se muestra tardo en embestir a la muleta, Robleño, tiene disposición cruzándose, le saca de uno en uno, no es capaz de seguir la muleta. Se amorcilla, se para y parece un “toro de Guisando”. Por insistir, consigue una serie limpia, con clase. Prueba doblones por bajo y el toro lo sigue con alegría, sorpresa, por arriba, no quiere, por bajo se entrega. Está asesado, sin emocionar. Estocada, algo desprendida. Ovación “tímida”, con saludos en el tercio.
En su segundo, “ Bienvenido”, derriba con poder al caballo y el picador “El Legionario” que se salva de que el caballo le caiga encima. Obtiene con la muleta la primera tanda con recorrido, pisando el terreno del toro, pero, remata los muletazos arriba, cuándo le baja la mano, en contadas ocasiones, demuestra que tiene mayor recorrido. Insiste, cita mejor y trasmite más, se mueve más. Le saca lo que tiene, poco a poco. Pinchazo, bajonazo infame y descabello. Silencio.
Alberto Aguilar, “Remendón”, quizá el que peor comportamiento tiene con el caballo, sin emplearse, no se duele ni empuja, en el primer encuentro y en el siguiente, tarda en ir y señala mal. Le intenta citar con la muleta muy plana, pero no mantiene esa disposición, pasa a trasteo. Baja la mano y consigue que baje algo la cabeza. Se para como un marmolillo. Le da un sustito cuándo lleva la de matar y entra, dejando tres pinchazo, se pone casi imposible para meterle el estoque. Y se echa. Silencio.
En su segundo, “Rastreador”, le pegan en exceso con el caballo echándoselo encima. El tercio de banderillas es muy deslucido, muy malo. La voluntad por agradar de Aguilar hace que brinde al público. Inicia doblándose por bajo y lo saca al tercio. Por la izquierda no logra templar. Por la derecha se defiende. El toro se para y hay cierta indecisión del matador. Pinchazo y estocada. Silencio.
Dentro de la semana “torista”, la más esperada y del gusto de Madrid, llevamos tres decepciones: Baltasar Ibán, Partido de Resina y los “Cuadris”. Seguimos con la esperanza en los que faltan: Adolfo Martín, Victorino Martín y Miura.
Chema Cubero
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